Dulces todo el año
La empresa adapta los sabores de sus productos según el mercado
Una empresa familiar dedicada a la fabricación de dulces de Navidad ha conseguido convertirse en una de las principales compañías nacionales en la fabricación de turrones, dulces de chocolate, mazapanes, bombones y hojaldres, distribuyendo productos por todos los continentes. La clave se ha situado en una marcha lenta pero segura en el mercado internacional y en la ampliación de productos que se consumen a lo largo de todo el año y no sólo en época navideña. Doña Jimena, la marca comercial de Productos J. Jiménez, nació en 1961 por iniciativa de Jerónimo Jiménez Hidalgo, padre del actual director general. El hijo además de ocuparse de la empresa se ha hecho responsable de la sociedad de capital riesgo de Jaén, Inverjaén, que abre una nueva etapa de expansión introduciéndose en empresas con proyectos de futuro.
Los primeros 30 años de Doña Jimena se caracterizaron por estar centrados en los productos típicos de Navidad, hechos de forma artesanal en la localidad de la que es natural la familia Jiménez, Alcaudete. Fue en la década de los noventa del pasado siglo cuando el equipo directivo, que comenzó una fuerte profesionalización con especialistas en análisis de mercado, decidió incrementar la producción con otros dulces que no se consumen únicamente en una época del año. Se abrió el camino de los snacks de chocolate, los bombones y los pralines. 'Esto nos ha permitido ajustarnos a un proceso productivo de economía de escala, que unido a un complejo sistema en nuestra gestión de stock y almacenes ha disminuido considerablemente los costos, aumentando nuestra competitividad y calidad de servicios', explican desde la dirección.
El punto esencial que marcó el crecimiento de la empresa fue la introducción en los mercados internacionales. La exportación representa el 45% del total de los ingresos. Este porcentaje se entiende teniendo en cuenta que sus productos están presentes en 40 países y que acuden a 17 ferias internacionales con stand propio.
Jerónimo Jiménez y el equipo de dirección estiman que la actividad de exportación tiene que ser básicamente dinámica, por tanto, capaz de adaptarse a las necesidades que tiene el mercado en cada momento para poder ser competitivo dentro del sector. 'Bajo esa premisa nuestra empresa muestra una alta flexibilidad tratándose de ajustar a las necesidades de cada mercado, tan diversas como exclusivas'.
La adaptación llega al punto de que los sabores de los productos cambian dependiendo del mercado en el que se van a vender, con el objetivo de adaptarse al paladar de los consumidores. No se puede hacer, defiende Jerónimo Jiménez, un producto común para todos los potenciales compradores, porque no tienen el mismo gusto un potencial cliente de Marruecos que otro de Venezuela. Para el mercado judío se dispone del certificado Kosher, para el mercado chino se baja el nivel de dulce, para los alemanes se insiste en la producción artesanal y para los árabes se quita la manteca de cerdo, y el alcohol en los bombones rellenos.
En el conjunto de ventas al exterior el mercado latinoamericano representa el 40% del total, seguido de Asia con un 20%, Europa con un 15%, Norteamérica con un 10%, Oceanía con un 9% y, finalmente, Africa con un 1%. En este continente las ventas se han centrado esencialmente en Marruecos, Kenia y Sudáfrica. El mercado latinoamericano es el que ha tenido mejor respuesta a los dulces de Doña Jimena fundamentalmente, reconocen en la empresa, por la predisposición que tienen los consumidores a aceptar productos que llegan desde España.
La penetración en los mercados de Asia y Europa son un objetivo de la empresa, sobre todo tieniendo en cuenta la crisis que se está viviendo actualmente en Argentina. El año pasado los productos que se fabrican en Alcaudete se han introducido en el mercado australiano.
El equipo directivo de Doña Jimena se vanagloria de tener la maquinaria más moderna del mercado para elaborar sus productos y de contar con unos elementos de calidad en toda la materia prima que utilizan: 'Sólo con la unión de maquinaria de alto nivel, personal cualificado y excelentes materias primas se puede ofrecer un producto insuperable.
El crecimiento de la empresa se refleja en la plantilla. El personal fijo en 1996 era de 38 personas, a las que se sumaban otras 124 en la campaña previa a la Navidad. Cuatro años más tarde los fijos subieron hasta 59 y los eventuales de campaña hasta 236.
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