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Sánchez Romero envía cartas a sus clientes para intentar lavar su imagen

'No incurrimos en ninguna práctica discriminatoria', dice la empresa

La campaña, según confirmaron ayer fuentes de Sánchez Romero, consiste en entregar una carta en la que se explica que la empresa no discrimina a nadie por motivos de su raza, aspecto físico, origen o estado civil.

'Sánchez Romero no incurre en ninguna práctica discriminatoria en su política de personal, teniendo empleadas personas de diferentes nacionalidades, condición social, económica, etnia y características físicas', asegura el comunicado de la empresa.

Los empleados introducen esta carta en las cajas de grandes envíos. Así, cuando el cliente recibe en su casa el paquete con los artículos que previamente ha comprado, lo primero que ve al abrir el pedido es el comunicado de Sánchez Romero.

'A los clientes que compran en los supermercados y se llevan ellos mismos los artículos adquiridos no se les da la carta, porque ellos pueden leer en los cristales de los supermercados unos carteles en los que se dice más o menos lo mismo que en el comunicado: que la empresa no ha tenido nada que ver con lo ocurrido', explicó ayer un empleado de la tienda de Sánchez Romero que hay en la calle de Carlos Maurrás (distrito de Chamartín). Además, fuentes de la empresa señalaron que el comunicado también se está mandando a los proveedores con los que trabajan.

Pedidos

Varios empleados se encargaban ayer en el supermercado de Chamartín de meter los comunicados en las cajas. En la carta, Sánchez Romero insiste en que los comentarios fueron realizados a título personal por un ex empleado de la empresa. Algunas de las anotaciones en los curriculos eran: 'No, por gitana y fea', 'No, macarra, chupa de cuero' o 'Suramericano, color oscuro sin ser negro: café con leche largo de café'.

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Gregorio G., que estuvo empleado en Sánchez Romero hasta mayo de este año, ha reconocido que escribió algunas de las notas vejatorias, pero que lo hizo porque la empresa le obligaba a ello y que, además, no era el único que se estaba sintiendo presionado para hacer este trabajo. En cambio, el comunicado que reparte la empresa asegura: 'La actuación de este ex empleado no la compartimos en absoluto y en ningún caso se ajusta a la filosofía y política empresarial de Sánchez Romero'.

Criterios de selección

La empresa insiste a sus clientes en que los criterios de selección que sigue la compañía se basan 'en evaluar los antecedentes profesionales, laborales y académicos en función del puesto que se busca cubrir, y por tanto, la buena presencia es sólo un punto más a tener en cuenta, del mismo modo que se busca en las demás empresas'. Y añade: 'Ante todo, Sánchez Romero selecciona personal cualificado y profesional, donde la calidad humana destaque por encima de todo'.

Sobre las repercusiones negativas que la polémica de las anotaciones puede tener en la empresa, que tiene siete supermercados en otros tantos barrios selectos del norte de Madrid (Mirasierra, Puerta de Hierro, La Moraleja...), Sánchez Romero considera que no se puede 'empañar la trayectoria intachable y la historia de una compañía por una conducta inaceptable y contraria a nuestra política de empresa. Nos sentimos consternados por esta actitud y estos comentarios, que repudiamos y no compartimos'.

Sánchez Romero ha explicado que ha iniciado 'una investigación a fondo' sobre los hechos acontecidos. 'Nuestra filosofía se basa en la transparencia y la seriedad, tal como lo hemos venido demostrando durante nuestros casi 50 años en el mercado, donde nos hemos visto envueltos en circunstancias desagradables', concluye el comunicado hecho público por la empresa.

Reunión de directivos

Javier Sánchez-Romero, director general de los supermercados del mismo nombre, pasó todo el día de ayer reunido con sus directivos, los responsables de recursos humanos y su gabinete jurídico para debatir el último capítulo de la polémica de las anotaciones vejatorias. Gregorio G., ex empleado de la empresa, ha reconocido que escribió algunas de las notas, pero que lo hizo obligado por sus superiores. Además, según el abogado de Gregorio, Luis Fernando Luján de Frías, su cliente dejó voluntariamente hace dos meses el trabajo porque la empresa no le dejaba contratar a personas de color, árabes, con rasgos indios, o mujeres divorciadas, casadas o con hijos. 'No queremos tener ningún conflicto con Sánchez Romero porque el asunto acabó hace dos meses. Pero no vamos a permitir que intenten buscar responsabilidad donde no la hay', advirtió el letrado. Los responsables de Sánchez Romero prefirieron no hacer declaraciones.

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