Albert Pla triunfa y reparte porros en el Senglar
Con una organización satisfecha por la respuesta de público y un Albert Pla en plan triunfal, el jueves dio inicio en Montblanc la quinta edición del Senglar Rock, que tiene previsto concluir mañana sus actividades. El festival ha crecido en esta edición y a sus tradicionales dos jornadas de programación se han añadido la de mañana domingo y la que el jueves dio la bienvenida a Montblanc a los primeros espectadores, cuyas tiendas comenzaron a florecer por la amplia zona de acampada. En esa jornada de bienvenida se impuso la figura artística de un Albert Pla que llenó la antigua iglesia de Sant Francesc.
El guión se imaginaba de antemano: denle una iglesia a un iconoclasta y le verán feliz. Así se sentía Pla acompañado por Diego Cortés, ocupando ambos la zona donde otrora se situaba el altar y perdiéndoseles la vista en una nave gótica repleta de público. Pla, vestido con esos harapos que se asemejan a la indumentaria de un campesino medieval, no quiso desaprovechar el bellísimo y espiritual entorno de su concierto y seleccionó para la ocasión las mejores canciones de un repertorio tierno y crudo que manejó como siempre: tirando la piedra y escondiendo la mano.
Echando mano de sus fábulas urbanas, Pla fue imponiendo su presencia poco a poco, logrando acallar con su tenue voz incluso a ese público que acude a sus conciertos con ganas de reír aparatosamente cualquiera de las asperezas que nunca faltan con Pla en escena. Incluso un grupo de adolescentes alterados por el bullicioso desajuste hormonal propio de su edad no pudieron por menos que reprimir sus risotadas a medida que Pla les iba aplanando con sus clásicos, entre los que no faltó la historia del joven que quería ser torero, del Urelio que va por el 'lao más bestia de la vida', de la novia terrorista o de esa dama de la guadaña que baila a ritmo de rumba. Y ya cuando tenía el alboroto controlado y a los adolescentes callados, el de Sabadell desbordó a todo el público cuando se puso a repartir porros entre los asistentes. Con el público ganado, Pla concluyó su concierto con las dos únicas canciones que tocó de su último disco: Pipí y Somiatruites. Vuelta al ruedo.
El resto de la noche inaugural quedó en manos de Abus, Petit Fours y Fes-te Fotre, quienes actuaron en el escenario Prades, situado en el interior del recinto festivalero. Los mejores momentos los deparó Abus, proyecto del barcelonés Agustí Busom. Lírica para la introspección, medios tiempos en constante tensión, una voz que va de Thom Yorke a Adrià Puntí y canciones bien resueltas en busca de público. El del Senglar no estaba para estos juegos y esperó a que el pop de los otros dos grupos despachase entre brincos la primera jornada de un festival que parece que superará en asistencia de público a las ediciones anteriores.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.