Camacho da portazo a la selección
El técnico dice que deja el cargo porque quiere 'la inquietud del trabajo diario', entrenar en un club
José Antonio Camacho es, desde ayer, ex seleccionador español. Vestido de riguroso azul, con una camisa del mismo tono de las que tanto dieron que hablar en el Mundial, cariacontecido, sin decir una palabra más alta que otra, sin regalar sonrisas, acompañado de un Villar a quien jamás abandonó un gesto de no creerse lo ocurrido... Así se presentó Camacho ante los medios de comunicación para hacer oficial que abandona el cargo de seleccionador. ¿Los motivos? Ahí van: 'La vida tiene etapas y la mía aquí ha terminado. Tengo 47 años, la próxima Eurocopa es dentro de dos, el próximo Mundial dentro de cuatro... Eso es mucho tiempo y yo necesito la inquietud del trabajo diario, lo que sólo se consigue en un equipo. Para mí, egoístamente, sería mejor seguir aquí y esperar una oferta que ahora no tengo. Pero creo que la Federación debe tener tiempo suficiente para encontrar un sustituto'.
Villar descarta contratar a un extranjero y anuncia que Sáez es el relevo de 'manera transitoria'
Tras desglosar sus razones, Camacho encajó el bombardeo de preguntas, que en su mayor parte incidían en lo mismo, en la búsqueda de motivos de otro calado. ¿Desaveniencias con la Federación o con Villar?, se le preguntó. 'No. Es difícil encontrar un sitio donde te den más libertad para trabajar'. ¿Hartazgo por escuchar ciertas críticas? 'No. Los periodistas tenéis todo el derecho del mundo a opinar'. ¿Sensación de fracaso deportivo tras no pasar de cuartos ni en la Eurocopa de 2000 ni en el Mundial? 'No. Creo que la selección nunca ganó los tres primeros partidos de un Mundial. Y de éste no nos hemos ido. Nos han echado'.
Antes de que Camacho comenzara su disertación, Ángel María Villar, presidente de la Federación, en un tono solemne, hizo pública su 'infinita tristeza' por el adiós. 'Entiendo los motivos, pero no los comparto. Aún no sé por qué se va', se lamentó Villar antes de desvelar que Iñaki Sáez, que ayer por la tarde se reunió con Gerardo Ginzález, secretario general de la Federación, se hace cargo del equipo 'de forma transitoria'.
Ese reconocimiento de que la presencia de Sáez tiene un carácter de interinidad, provocó que se le preguntara a Camacho si no le parece que, dadas las fechas, con un amistoso ya el 21 de agosto, ante Hungría, y a que los posibles candidatos ya tienen equipo, ha dejado un margen de maniobra mínimo a la Federación para encontrar su sustituto. 'Pues tiene dos meses y medio. Yo, en cambio, ya tengo todos los equipos ocupados. Mire: yo cogí a la selección un viernes y el miércoles ya estábamos jugando contra Rusia'. Villar no descartó que la apuesta por Sáez dure más de lo previsto pero sí, y de forma tajante, que el nuevo seleccionador pudiera ser extranjero.
'No sé por qué buscáis otras razones para que me vaya que no sean las que os he dicho', reflexionó Camacho. 'Parece que hay que irse de los sitios a patadas. Pues no. Me he ido del Espanyol, me he ido del Rayo y me he ido bien; me voy de aquí y me voy bien. En varios momentos me llegaron ofertas y no las escuché. Pero ahora creo que debo dejarlo. Y lo seguiría creyendo aunque hubiéramos seguido en el Mundial. No creo que la selección haya llegado tan lejos muchas veces. Lo que lamento es que me hubiera gustado que nos echara del Mundial un equipo de verdad'. Camacho aseguró desconocer cuál será el futuro de sus colaboradores, Carcelén, Fraile, Teodoro Nieto y Lorenzana. Los cuatro acabaron contrato y nadie les ha dicho aún nada.
Surgieron entonces las interrogantes sobre su futuro. Y enseguida se oyó un nombre: el del Real Madrid. 'No tengo nada a la vista. ¿El Madrid? Mire: el entrenador es mi amigo, mi hermano. Con eso está todo dicho. Y no me planteo ocupar un puesto que no sea el de entrenador'.
Tras echar la vista atrás recordando alguno de sus mejores momentos al frente de la selección -'cuando firmé o el 9-0 a Austria'- o algunos que, por recientes, costará tiempo olvidar -'ya he dicho todo sobre el partido de Corea'-, Camacho deseó felices vacaciones a los presentes y se fue junto a Villar, con quien permaneció reunido por espacio de hora y media. Transcurrido ese periodo de tiempo, el técnico abandonó los locales de la Federación por la puerta principal y recibió de manos de una joven costarricense un folleto turístico de su país. 'Tienen buena pinta estas playas', dijo Camacho, 'pero yo me largo a Ibiza'. Fue aquélla la primera y única sonrisa que dejó escapar en público quien desde ayer se considera 'el mayor hincha que tiene la selección española'.
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