La ilusión de Feli
La explosión del joven Feliciano López, el único español en octavos, contrasta con el declive de Conchita, lejos de su mejor momento
Las dos caras de la moneda se mostraron el pasado sábado en Wimbledon para el tenis español. Mientras Conchita Martínez ha entrado ya en la última fase de su carrera profesional, Feliciano López siente el poder de la ilusión que le insufla su juventud y los buenos resultados que, en su primera participación, está consiguiendo en la catedral. Conchita dejó el torneo en la primera semana, tras haber llegado a los cuartos de final el año pasado. Campeona en 1994, la aragonesa hace tiempo que está lejos de su mejor momento. El declive de la generación de oro del tenis español femenino es un hecho irrefutable. Arantxa sufrió en París uno de los peores descalabros de su carrera profesional, al ser eliminada en la primera ronda. Conchita no ha logrado todavía un buen resultado esta temporada y en Wimbledon, donde llegó a la tercera ronda, realizó lo mejor del año en el Grand Slam.
'Cada vez me cuesta más ganar partidos', confesó la aragonesa, tras su derrota frente a la estadounidense Lisa Raymond, a la que pudo superar. 'Me falta agresividad y convicción'. Contrariamente a lo que ocurre con Arantxa, que debe recuperar incluso su juego, Conchita mantiene un buen nivel competitivo con sus golpes de fondo pero le falla la cabeza. Es lógico. Cuando se llevan ya 16 años en el circuito es difícil mantener la ilusión. Conchita las ha visto de todos los colores. Ha vivido situaciones capaces de hundir en la miseria al más pintado. Ha resuelto contradicciones personales. Y ha despedido y buscado varias veces al entrenador (Eric Van Harpen) que la metió en el circuito y que la dirigió en la consecución de su título más emblemático: Wimbledon en 1994.
Y, mientras tanto, ha seguido jugando y llenando de títulos su palmarés (32, el último en 2000). Ha sido muy grande, especialmente en la Copa Federación, donde, junto a Arantxa, ganó cinco veces. Pero ahora su tiempo también se está acabando. No porque su portentoso drive ya no sea válido en el circuito actual. Sino porque ni sus piernas corren tanto como antes -aunque está mucho mejor físicamente que hace algunos años-, ni su mentalidad es tan buena. Tiene dudas. Y esa es la peor compañía para una jugadora. 'Casi me estoy preparando ya para la próxima temporada', confiesa.
Ahora, en cambio, es el tiempo de Feliciano López. Da la sensación de que Conchita le está pasando el testigo. El adiós de la campeona coincide con la explosión de este zurdo toledano de 20 años que ha logrado resituar en octavos de final a un tenis masculino español que no los había alcanzado desde 1998, con Pato Clavet. A lo largo de la historia, sólo nueve españoles habían estado en esta ronda (Pato Clavet, Sergi Bruguera, Emilio Sánchez, Manolo Orantes, Andrés Gimeno, Manuel Santana, Manuel Alonso, el conde de Gomar y Bubby Maier). Sólo uno de ellos fue campeón: Santana en 1966. 'Mi sueño de niño', asegura Feli, como le llaman los amigos, 'es ganar en Wimbledon superando a Sampras en la final'. Hoy jugará ante el brasileño Andre Sa (90º mundial) en octavos de final. Está aún en el camino.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.