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Crítica:POESÍA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La avidez de los sentidos

Es conocida la labor de traducción y edición de Jordi Doce (Gijón, 1967), sus destacadas versiones de la poesía de William Blake, Paul Auster, Charles Simic o T. S. Eliot. Pero más allá del anónimo consuelo de esa asidua y decisiva forma de ofrecer espejo a su voz en las voces de otros, es en el desarrollo de su propio y personal trabajo poético donde alcanza a ponerse de manifiesto -todavía reciente su anterior libro, Lección de permanencia (Pre-Textos, 2000)- la entidad y el rigor material de una escritura de profundo calado y consistencia existencial. Merecedores del XXVIII Premio de Poesía Ciudad de Burgos, los poemas de Otras lunas pueden entenderse entonces, y así lo atestigua el propio poeta, como el reverso necesario de sus precedecesores, un subyacente contrapunto dialéctico.

OTRAS LUNAS

Jordi Doce DVD. Barcelona, 2002 76 páginas. 7,20 euros

Si Lección de permanencia era consecuencia de un deliberado modo de mirar, luminoso y fugaz reflejo de unos ojos sabedores del reflexivo asombro de quien no duda 'en elegir la voz de los sentidos', los objetos y los rostros en la claridad de lo existente, Otras lunas viene a dar cuenta de la fragilidad de esa conciencia existencial, pues sus poemas se integran ahora en el Revés del asombro, título del poema que abre decididamente su discurso. Si la oscuridad y las sombras sólo podían entonces ser nombradas, toman aquí cuerpo y fijeza gracias a la mano que escribe para nombrar lo que 'nunca tuvo nombre', 'para decir: aquí termina el mundo, / fuera impera la noche / y el frío de la noche, / el lento gotear de las estrellas / y su terco silencio impenetrable'.

Como una voz y su eco, así Nocturnos y El vigilante, los dos tramos convergentes en que se divide el libro: frente a la nocturnidad trabada, la vigilia de quien busca su propio ser en el resquicio de luz del mundo oscuro, en el centro de la noche: 'El que duerme sale a la noche / y es el dueño de cuanto ignora'. Una escritura musicalmente cerrada, condensadamente rítmica y prosódica, capaz de unir al discurso verbal su espesor significativo. Otras lunas confirma la materialidad de una escritura cuyo rigor reclama el privilegio de una lectura alejada de tópicos y ligerezas, reconocerse con su autor en la vigilante figura de 'el ávido crupier de los sentidos'.

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