En apoyo de Guijarro
He dejado pasar, conscientemente, unos días para que, desde la distancia que el tiempo permite, pudiera entender y analizar con cierta objetividad unos hechos que, en su momento, me trasladaron del asombro al estupor y de ahí a la indignación. A saber:
1. El viernes, 17 de mayo, EL PAÍS Andalucía publicó en la sección de Cartas una titulada ¿Fracaso escolar?, firmada por Gonzalo Guijarro, que leí con interés porque soy profesora de Secundaria. De dicha carta no compartí el estilo, pero sí completamente su contenido.
2. Me informan que 10 ó 12 días más tarde, el firmante de la carta recibe en su centro de trabajo la visita del inspector para pedirle explicaciones sobre dicha carta, tanto en lo referente al fondo como a la forma, y elaborar, posteriormente, un informe.
Me pregunto: ¿Es ésta una democracia constitucional o acaso nos deslizamos a la democracia orgánica? ¿Es ésta la labor de la inspección de Secundaria o se parece más a las actividades que, en tiempos de infausto recuerdo, realizaban los 'comisarios políticos'?
Dicen que en tiempos de crisis, lo primero que limitan es la libertad de opinión ¿Tanto miedo hay en el Gobierno socialista de la Junta a la opinión diferente a la suya?
¿Será que en este convulso 2002 la izquierda necesita de la antigua coacción estalinista para defender sus criterios? Pues... ¡qué pena! O ¡qué horror! Ya no sé a qué atenerme. Toda la vida sintiéndome de izquierdas, votando y luchando por la izquierda y ahora... ¿Tendré que cambiar de ideología o tendrán que ser ellos quienes revisen sus actuaciones?
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