'Aznar no está en mi alfabeto'

Pregunta. En esto creo. Cree usted en un montón de cosas.

Respuesta. Y me quedo corto. Podría añadir mil creencias más.

P. Carne de segundo volumen.

R. Un segundo volumen que se llamaría En esto dudo.

P. Reza la pestaña del libro: 'El ideario vital de un escritor imprescindible'. ¿Usted lo es?

R. De ninguna manera. Nadie es imprescindible, salvo la gente que uno ama.

P. Su nueva obra es un alfabeto personal comentado. ¿Puedo proponerle nombres que no vienen, como José María Aznar?

R. No, no está.

P. Ya sé que no está. Pero pregunto qué diría de él.

R. No está en mi alfabeto.

P. ¿Y Bush?

R. Bush estaría en mi alfabeto, pero se volvería un libro muy censurable.

P. ¿Y Zidane...? Es un futbolista del Real Madrid.

R. No sé nada de deportes, aunque soy hincha de la selección mexicana.

P. Juan Pablo II.

R. Un hombre espiritual. Un polaco redentor y un poquito reaccionario.

P. ¿Qué nombres quedarán en la literatura en español del siglo XX?

R. ¡Qué difícil pregunta! Valle-Inclán, Galdós, Machado, Luis Cernuda, Emilio Prados... No quiero mencionar vivos... Lorca, Miguel Hernández, Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges, Jorge Amado, Octavio Paz, Julio Cortázar.

P. ¿Y Carlos Fuentes?

R. Está vivo. Y, además, que lo digan los demás.

P. Cuando se acerca a la mujer, ¿con qué sentido se aproxima?

R. La mirada es lo que más me importa.

P. Con los celos, escribe, dan ganas de colgarle una medalla y luego una corona fúnebre al pene. ¿Usted lo ha tenido así de condecorado?

R. He tenido condecoraciones más grandes que el premio Nobel.

P. Su madre despelucaba al póquer a los generales de la revolución. ¿Le hizo una huchita?

R. No, no. Nunca ganó suficiente [ríe]. Era muy poco el monto.

P. Francia, Italia, España, Portugal, Holanda... ¿La izquierda no vende una escoba?

R. La izquierda está en una grave crisis, pero siempre se necesitará un espacio político en el que los más desprotegidos de la sociedad sepan que tienen un apoyo desde donde actuar.

P. ¿Es cierto que tiene usted bastantes malas pulgas?

R. Con la gente que se merece mi cólera, sí. Pero eso es selectivo. Suelo ser bastante amable.

P. Confiesa que se quedó en José Alfredo Jiménez y Ella Fitzgerald. ¿Le suenan Alejandro Sanz, Ricky Martin y Michael Jackson?

R. Me suenan, sí, sé quiénes son. Pero yo oía Estoy en el rincón de la cantina o Night and day con más gusto que cualquier canción de rock and roll.

P. Recomiéndeme un cantante de rancheras.

R. Una mujer: Lucha Reyes. Y luego, Lola Beltrán.

P. ¿Qué es el bolero?

R. El bolero es el melodrama sin humor. Y es una de las formas más misóginas, en las que siempre la mujer es la culpable [ríe].

P. También en el tango.

R. También es muy misógino, sí.

P. No he llegado a entender si usted cree en Dios o es Dios quien cree en usted.

R. Como no hay pruebas de la existencia de Dios, yo me quedo con la apuesta de Pascal: creo, porque si existe, me sale bien; y si no existe, no importa.

P. ¿Es usted tan dandy, exquisito y cuidadoso como parece?

R. No, no. Yo soy como soy porque fui educado como fui educado, y sería un farsante si me disfrazara de otra cosa.

P. Todos los escritores tienen un próximo libro.

R. El mío va de vampiros. Siempre me interesó el tema, porque el vampiro es un hombre que ama sin amor, bebe sin necesidad y siempre tiene a las mujeres que quiere.

P. ¿Cómo lo consigue?

R. Porque a las mujeres se les olvidan las recomendaciones para ahuyentarlo: no se ponen el collar de ajos ni ponen el crucifijo en su lugar, y dejan las ventanas abiertas.

P. Igual es que no quieren ahuyentarlo. Hasta el vampiro puede tener su público.

R. Son descuidadas frente al vampiro y quieren ser seducidas por él. Es una sensación extraordinaria.

P. Si fuera un lector normal, ¿qué diría de Carlos Fuentes?

R. Este tipo es muy complicado. [Risas].