¡Qué vergüenza!
Acabo de llegar a Santa Justa en el AVE que salió de Madrid a las 11.00. Aparte de la penosa impresión de ver una estación rodeada de alambradas y numerosos furgones de policía, me llamó la atención que en el propio andén donde se detuvo el tren había no menos de 20 oficiales y
números del Cuerpo General de Policía. Pensé que, como sus 9.000 compañeros repartidos por toda Sevilla, se trataba de una medida de protección a los pasajeros dentro de las medidas de seguridad por la famosa cumbre de la UE.
Pero cuál fue mi sorpresa cuando vi, a sólo cuatro metros de donde yo me encontraba, a un capitán y dos tenientes cuadrarse ante don Javier Arenas, secretario general del PP, que en esos momentos se apeaba del mismo tren. Los 20 números formaron enseguida alrededor del jerarca y no se me ocurrió otra cosa, cuando les adelanté en el andén, que decirles: '¡Qué vergüenza, Javier, pareces el secretario general del Movimiento Nacional!'.
Y es que nada se parece más a lo que está pasando -reacción del Gobierno y del PP ante la huelga general, dispositivos ante la cumbre, actitud de Televisión Española...- que el tardofranquismo, aquellos años que van del 68, año de movilizaciones, a la muerte del dictador en el 75. Hasta los apellidos, Aznar, Cabanillas, Chozas, Fraga, concuerdan. Y el miedo en la expresión de la gente, también.
Pero lo peor es que en ese mismo instante estallaba un segundo coche bomba en la Costa del Sol, desabastecida de cuerpos de seguridad porque todos están en Sevilla.
