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Mundial 2002 | Cuartos de final: España-Corea del Sur
Columna
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¿Aparecerá el seleccionador?

Ramon Besa

A Camacho le bastó con aletear el sobaco y gritar como un sargento chusquero para manejar a una selección que iba sola por el Mundial hasta que llegó Irlanda. Mérito del técnico ha sido dar con una alineación, cosa suya es la motivación que se aprecia en un plantel que tradicionalmente se desenchufaba a la que mudaba la zamarra de su club por la de la selección y seguro que mucho ha tenido que ver en el sosiego de una concentración que siempre daba para muchos chascarrillos. Pero, una vez asegurada la puesta en escena, el intervencionismo de Camacho en el partido consistía sobre todo en mover a Helguera según convenía, del banquillo al campo o de la defensa a la media, y aventar al grupo. Desde fuera, ha dado la sensación de que la cosa marchaba como la seda y la faena ya venía hecha.

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Pero frente a Irlanda el partido se torció y Camacho no lo supo arreglar de ninguna de las maneras. No sólo eso, sino que cada decisión que tomó empeoró la situación y, falto de argumentos, acabó apuntando al árbitro por el mal rato que le hizo pasar. En cuanto se lesionó Raúl, se fue la luz y el equipo se quedó a oscuras, con el entrenador a gatas, incapaz de encontrar respuestas futbolísticas al despliegue irlandés, al que sólo consiguió detener los puños de Casillas.

Los nombres propios le han dado personalidad a una selección que ataca mejor que se defiende, a la que le cuesta encontrar el punto de pausa necesario para gobernar la contienda y que echó de menos al entrenador en el partido en el que más le necesitó. Camacho es un personaje tan conocido como extraña resulta la figura del seleccionador en tanto que entrenador que sabe leer los partidos y consecuentemente encauzarlos cuando se salen de madre. Mandar a paseo con exabruptos y poner cara enfurruñada a los periodistas que le preguntan por aspectos del juego, así como solidarizarse con Italia por un arbitraje, tampoco ayuda a comprenderle mejor. La situación en la que hoy se encuentra la selección, plantada ante un reto histórico, exige un salto de calidad también del técnico. Hasta ahora ha bastado con el sudor de Camacho, pero desde hoy se necesita también el criterio del seleccionador.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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