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Raimon repasa en Madrid su obra de más de cuarenta años

El cantautor da tres recitales en el Albéniz

El ciclo Madrid En Canto concluye con los tres recitales que a partir de esta noche ofrece en el teatro Albéniz de la capital el cantautor valenciano Raimon. A sus 61 años, y más de 40 cantando, Raimon repasará su carrera, sazonada con esas canciones emblemáticas, Al vent, Diguem no..., que contribuyeron a la banda sonora de la transición.

A poco más de 24 horas para reencontrarse con el público madrileño, Raimon justificaba ayer medio en broma, con un escueto 'aquí estoy, en capilla', su estancia en un hotel muy taurino, justo el día de la huelga general, que él apoyaba: 'Esto de dar entrevistas no es exactamente trabajo. Otra cosa sería cantar, que si hubiera sido hoy [por ayer], no lo hubiera hecho'.

El caso es que Raimon va a enfrentarse tres noches, a partir de hoy, a un público muy distinto al que se encontró hace cinco años en Las Ventas en el homenaje a Miguel Ángel Blanco. 'Aquel episodio ya no tiene ninguna incidencia en mi vida. El abucheo vino sólo de unos pocos por citar la 'dictadura franquista' en la introducción de la canción Pais Vasc, y cuando dentro de ella decía 'Gora Euskadi', y no por cantar en catalán, como se dijo. Lo escandaloso fue que ese abucheo se hiciera en un acto en solidaridad con una persona asesinada bestialmente, y prefiero quedarme con el concierto de unos meses antes en el Círculo de Bellas Artes', dice para zanjar el asunto.

La tanda de conciertos que empieza hoy sirve para repasar los 40 años que Raimon lleva dedicados a la canción: 'Intento mostrar un panorama amplio, pues tengo la impresión de que sólo se ve una parte de mi trabajo. Serán un poco más de 20 canciones, con un intermedio para que no sea todo de golpe, pues hay cosas muy distintas dentro del recital'.

'Desde mis canciones de amor, hasta las más reivindicativas, de reflexión, o las más recientes, con otro tipo de estructuras, los recitales intentan apostar por lo que otras veces, por razones de urgencia, pasa inadvertido. Por ejemplo, el sonido no es el habitual, casi parece de música de cámara, con dos guitarras, un violonchelo y un contrabajo y nada de percusión'.

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