_
_
_
_

Cientos de miles de personas secundan la huelga y paralizan industrias, obras y transportes

Más de 120.000 manifestantes en Valencia contra el 'decretazo' - Las centrales cifran el paro en un 85% y el Consell lo reduce al 10% - P Varios sindicalistas retienen a un consejero

El 20-J fue un paro laboral. La huelga fue masiva en la industria, la construcción y los transportes y desigual en los servicios y las administraciones públicas. El consumo eléctrico cayó entre las 9 y 13 horas un 22,3% y fue parecido al de un sábado de junio. Los servicios mínimos hicieron posible el funcionamiento del transporte público y los grandes centros comerciales, custodiados por la policía, abrieron pero tuvieron poco público. La guerra de cifras hizo que las centrales estimaran el paro en un 85% y el Consell, en un 10,2%. Hubo tres detenciones. Más de 120.000 personas se manifestaron por las calles de Valencia.

Los manifestantes, que recorrieron durante más de dos horas las calles céntricas de Valencia, visualizaron el rechazo al decretazo y mostraron que en la guerra de cifras los datos ofrecidos por las centrales sindicales que convocaron la huelga, aun siendo exagerados, estaban más cerca de la realidad que las valoraciones 'políticas' realizadas por la consejera portavoz, Alicia de Miguel, cuajadas de adjetivos y ayunas de datos. El 20-J no fue el 14-D, fecha de la huelga general contra el Gobierno de Felipe González, porque los ciudadanos no se implicaron en igual medida que en 1988, pero su seguimiento fue muy importante en grandes empresas, polígonos industriales, construcción y transportes. La jornada acabó sin incidentes graves y tres detenidos.

El Gobierno valenciano mantuvo ayer su agenda de actos oficiales, lo que provocó algunos encontronazos entre los sindicatos y altos cargos del Ejecutivo autonómico. En Elche, el consejero de Innovación, Fernando Castelló, fue retenido por unos manifestantes al final de uno de sus actos oficiales y salió del recinto custodiado por una treintena de policías, y en Sagunto, el vicepresidente de la Generalitat, José Luis Olivas, fue abucheado.

La huelga general arrancó en Mercavalencia, central que abastece de alimentos frescos a los mercados valencianos. Cinco horas después los sectores productivos se sumaban a la protesta con paros en las grandes empresas y los polígonos industriales. La Ciudad de las Artes y las Ciencias y el Palacio de Congresos, en Valencia, y el área residencial de la Playa de San Juan, grandes polos de la construcción, amanecieron sin actividad. El transporte público (autobuses y metro) circuló con servicios mínimos, y se vieron algunas colas en las paradas de autobuses y andenes del suburbano. El paro fue amplio en los puertos valencianos y los aeropuertos funcionaron a medio gas.

La protesta no alteró las aperturas de hipermercados y grandes almacenes, que recibieron pocos compradores, pero sí las del pequeño comercio que bajó la persiana por temor a altercados. En las administraciones públicas y en el sector de los servicios, el paro fue desigual o escaso. Los funcionarios acudieron mayoritariamente a sus centros de trabajo, los hospitales funcionaron con normalidad y los colegios abrieron pero acogieron a pocos alumnos. La RTVV emitió a lo largo del día su programación habitual y en sus informativos dedicó más tiempo a las Fogueres de Sant Joan que al 20-J en Sevilla.

En los despachos, los sindicatos UGT y CC OO, apoyados por CGT y la Intersindical Valenciana, y la Generalitat se enzarzaron en una batalla de cifras. Si la consejera portavoz del Consell, Alicia de Miguel, reducía el seguimiento de la protesta a la nada, las centrales insistieron en que había sido 'un éxito, diga lo que diga el Gobierno'.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Las centrales cifraban a las once y media de la mañana el seguimiento en un 85%, y el Consell subrayaba el fracaso de la convocatoria y la reducía al 10,2% de media. De Miguel no facilitó ningún dato por sectores. 'Los sindicatos han fracasado y el PSOE ha hecho el ridículo', resumió.

El presidente de la Generalitat abundó ayer por la tarde en Castellón en las mismas tesis de su consejera. 'Ha sido', dijo, 'una huelga sin base, forzada y con un claro contenido político'. Eduardo Zaplana recordó a los sindicatos que 'será difícil que puedan recibir en otro lugar más fondos para distintos usos que los que reciben de la Generalitat' y añadió que 'tienen mi mano tendida, como siempre', informa María Fabra.

Para refutar los datos oficiales los sindicatos mostraron un gráfico sobre el consumo de electricidad. De hecho, el gasto descendió un 22,3% entre las 6 y las 13 horas respecto a la potencia que tenía previsto suministrar Red Eléctrica Española (REE). La mayor caída se produjo en torno a las 9 horas de ayer con un descenso del consumo del 27,5%.

Los sindicatos denunciaron el fuerte dispositivo de seguridad desplegado ayer. 'Los piquetes policiales superaban a los de los sindicatos', describió el secretario de Organización de CC OO, Miguel Segarra, que comparó el 20-J con una 'jornada de domingo'. Para Carlos Vila, responsable de UGT, el comportamiento de sindicatos y trabajadores 'fue ejemplar'.

La patronal aseguró que los empresarios abrieron los centros de trabajo y agregó que el 20-J tuvo menos repercusión que anteriores huelgas generales. Los empresarios reconocieron un paro del 15% en la industria, del 12% en la construcción e 'insignificante' en los servicios.

Cabecera de la manifestación que ayer recorrió el centro de Valencia.
Cabecera de la manifestación que ayer recorrió el centro de Valencia.JORDI VICENT

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_