Rato dice que la bajada del gas y la luz compensa a las familias por la inflación

El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, no está satisfecho con los resultados de la inflación, pero tampoco encuentra motivos para la queja. Ni el poder adquisitivo de los salarios, ni la competitividad de las exportaciones españolas se han visto perjudicadas, aseguró el ministro. Reconoció que este año las cosas van 'claramente peor de lo que esperábamos' y dijo que su objetivo es situar el diferencial con la zona euro por debajo de un punto.

En la Comisión de Economía del Congreso, Rato desplegó una batería de argumentos para justificar las subidas de precios, el 'elemento de mayor análisis' para el Gobierno. La economía española, dijo, lleva varios años creciendo por encima de la media europea y, por tanto, tiene que exitir algún diferencial de inflación, aunque no tan elevado como el actual. Buena parte de ese crecimiento se sustenta en el consumo, apoyado en unas condiciones monetarias 'mucho más laxas que la media europea', dijo el ministro. Admitió el impacto de la subida de impuestos de enero, pero lo achacó al nuevo sistema de financiación autonómica.

Pese a todo, no ha habido hasta el momento deterioro del poder adquisitivo de los salarios, ni siquiera para los funcionarios, explicó. La remuneración de los asalariados ha crecido un 4,3% en 2001, frente a una inflación del 2,7%. En el caso de los dos millones de empleados públicos, el aumento fue del 5% en 2000 y del 3% en 2001, con inflación del 4% y del 2,7%, respectivamente, aseguró Rato.

Buena parte de la moderación salarial y el aumento del empleo se han logrado gracias a que han bajado los tipos de interés y los impuestos, además de los precios de algunos servicios básicos. Rato explicó que las familias han tenido un ahorro en teléfono, gas o electricidad de unos 5.000 millones de euros entre los años 1998 y 2000. Tampoco la competitividad de las empresas se ha deteriorado, aseguró el ministro, ya que las exportaciones han ganado cuota de mercado en el comercio mundial.

Frente a esta visión positiva, el responsable de Economía del PSOE, Jordi Sevilla, calificó a Rato de 'mal ministro'y de 'intervencionista' dedicado a 'favorecer a las empresas presididas por sus amigos'. Sevilla reconoció que la desaceleración de la economía ha podido tocar fondo 'aunque puede estar caminando por el fondo durante mucho tiempo'. Sobre todo, dijo porque la política del Gobierno apuesta por la precarización laboral.