El Tau, un campeón intratable

Los amantes del Tau están de enhorabuena. Su equipo ha ganado la Liga ACB por primera vez en su historia. Ha conseguido el doblete; Liga y Copa del Rey. Los amantes del baloncesto también lo están, aunque no tanto. Han podido ver una de las mejores finales de los últimos años, con dos equipos honestos, duros, con un baloncesto moderno y ejemplar. Pero la final se les ha ido por la vía rápida. Sí hubo igualdad en los partidos, pero no en los resultados. Todos acabaron cayendo al mismo saco, en el del Tau, el equipo más devorador de la ACB, la hiena, la bestia. Al Unicaja le ha faltado ese instinto asesino. Los dos clubes llegaban como signo de los nuevos tiempos en el baloncesto español, pero al parecer el Baskonia ha llegado primero a la meta. Un elemento clave ha sido la experiencia. El Tau ha vivido antes más momentos de este calibre. Ha sido más veces subcampeón. Para ganar títulos, no es desdeñable saber antes cómo se pierden.

El Unicaja no se merecía un 0-3. No merecía salir de la Liga por la puerta de incendio, a todo correr, después de una final como la que ha protagonizado con el Tau. Más que un subcampeón, se puede considerar un campeón bis. Sólo le faltó el elemento diferencial de su rival, algo intangible: la fe. El baloncesto, el deporte de las estadísticas por excelencia, no refleja en números el estilo del Tau. Lo suyo es una cuestión mental, de convicción por encima de todo.

El Unicaja, una vez más, tuvo su oportunidad de ganar. En un partido igualado, como los dos anteriores, se plantó con una ventaja totalmente inusual: diez puntos (64-74). Sólo quedaban 11 minutos para el final. Era el partido de la resurrección de Bullock, el base que se postulaba como el anti-Bennett y que no había terminado de demostrarlo. Todavía tendrá que esperar. Ha aprendido lo que el base del Tau hace cinco años, cuando él acababa de llegar a Vitoria. Jugó una final y la perdió ante la esencia de la veteranía y la experiencia, Chichi Creus. Bullock hizo ayer un gran partido, con unas rachas admirables, pero se plegó ante la regularidad y el manejo del partido de Bennett, declarado MVP de la final.

Bennett y los suyos se encontraron ante su enésima situación límite. Tenían que remontar diez puntos a un equipo lanzado, enrachado con los triples de Bullock y Gurovic (el yugoslavo ha sido el mejor de su equipos en la serie). El Tau se puso manos a la obra en el último cuarto. Buscó los puntos débiles del Unicaja, y éstos estaban en el interior. Con Phillip lesionado y los demás pívots cargados de faltas, Ivanovic ordenó una carga bajo los aros. Hasta entonces había sido un partido exterior. Un partido de tiradores y hombres bajos. Pero a la hora de la verdad todo acabó donde el Tau ha ganado la serie y todas las anteriores eliminatorias. El Baskonia despedazó desde dentro a su rival, que se vio fuera de la pista. Tuvo que recurrir a un junior, Fran Vázquez, asustado ante lo que se le avecinó.

El Unicaja vio cómo el partido se le cayó encima por el mismo lado por donde empezó a intentar ganarlo. Kornegay sujetó la primera oleada del Tau con sus rebotes ofensivos. Pero un partido ante el Tau se hace muy largo. Tiene una batería de jugadores menor que el Unicaja, pero más exprimida. Tiene a un suplente de lujo, Nocioni, y de la tripleta de pívots más decisiva de la Liga. La ACB ya tiene un nuevo campeón.