'¿Sorprendido? Iker ya no me sorprende', dice su padre

'Con 18 años era el portero del Real Madrid, no del equipo del pueblo. ¿Cómo nos vamos a sorprender de lo que ha hecho?'. José Luis Casillas, el padre de Iker, volvió a vivir ayer, junto a su mujer, Mari Carmen, otro día de gloria. Pero en la casa de Iker, las heroicidades del chaval, quizá por habituales, se toman con calma. Al menos por parte del padre. 'Mi mujer es otra cosa. Ella lo pasa fatal, se pone nerviosísima... Lo lleva muy mal'.

Iker detuvo ayer tres de los siete penaltis que le lanzaron y empujó a España hacia los cuartos de final. 'Pues si le digo la verdad', cuenta el padre, 'lo hemos vivido como siempre, a ratos más tranquilos y a ratos menos. ¿Los penaltis? Hombre, sabíamos que alguno pararía, pero tres... Bueno, recuerdo que alguna vez ha hecho algo similar. En San Sebastián, de pequeñito se le daba muy bien. Pero no se puede cambiar todo de un día para otro. Ha habido momentos muy duros y tanto entonces como ahora hemos intentado mantener la calma'.

En el domicilio de la familia de Casillas queda, incluso en días dulces como el de ayer, un resquicio amargo. Su padre asegura que calló cuando Iker desapareció de golpe del equipo titular del Madrid y que prefiere callar también ahora. 'Sufrimos entonces y no lo manifestamos. Ahora vamos a seguir igual. Estamos muy felices, pero ya no nos sorpende lo que es capaz de hacer'.

Casillas, que a sus 21 años ya ha conquistado dos Ligas de Campeones y una Liga, un currículum que jamás a esa edad tuvo portero español alguno, que salvó al Madrid en los minutos finales de la final de la Liga de Campeones tras sustituir al lesionado César, que se encontró con la titularidad en la selección por la rocambolesca lesión de Cañizares, volvió a protagonizar una actuación heroica, otra más. En casa de sus padres, sin embargo, se impone la misma tranquilidad con la que el chico se coloca bajo los palos. 'Porque unos días aciertas y otros no. Además, el resto de jugadores han estado magníficos, algunos sin parar de correr incluso lesionados', concluye José Luis.