Nuevos centristas

El presidente del Gobierno, José María Aznar, ha confesado que llegó a votar en las primeras elecciones democráticas, de las que ahora se conmemora el 25 aniversario, a Adolfo Suárez. Con esta relevación quería hacer ver a todos los españoles su temprana vocación centrista descartando así, si es que le creemos a pie juntillas, optar por la Alianza Popular de Manuel Fraga, actual presidente del PP, y que entonces lideraba el reducto en el que se refugiaron los últimos dinosaurios del franquismo.

Ahora que nos preparamos para celebrar aquí los 20 años de la constitución del primer Parlamento andaluz, con un solemne acto a desarrollar en los Reales Alcázares de Sevilla, lugar en dónde se llegó a configurar por primera vez, vendría bien hacer un ejercicio de imaginación, pero en sentido contrario. Esto es, especular con quién de aquellos pioneros centristas votarían hoy al PP andaluz. La respuesta no parece muy difícil de determinar, máxime si se tiene en cuenta el talante que muestran en la actualidad por estas tierras.

Lo más inmediato para comprobarlo será el desarrollo de la huelga general de este jueves y la respuesta que han de dar desde esta formación política. En principio es en Andalucía donde más a fondo se han de emplear si se tiene en cuenta que Sevilla va a ser ese día el cuartel general del paro previsto por los sindicatos. Las instrucciones ya están dadas para que se contraprograme al máximo, con ruedas de prensa y actos políticos diversos. Van a trabajar, desde luego, más que nunca. O no, porque siempre los pocos que aparecen en primera línea de este debate son la presidenta regional, Teófila Martínez y el secretario general, Antonio Sanz.Tal vez sea porque el resto de sus compañeros no están por la labor de defender una reforma laboral que consideran cuanto menos inoportuna, tanto como esa huelga general que se ha provocado, a las puertas de la cumbre europea.

Aznar se lamenta, ademas, de que no se tenga en cuenta el detallazo que ha tenido para con los andaluces al designar a la capital de su comunidad autónoma para esta importante cita internacional. Lo que parece no saber el jefe del Ejecutivo central es que en Andalucía ya la gente está harta de observar cómo se generan siempre espectativas por albergar grandes acontecimientos. Quedamos muy bien como organizadores de eventos diversos, mostrándonos como espléndidos cicerones y tremendamente hospitalarios. Después no llega más que el olvido y el maltrato. Con esa simple regalía no se conforman ya los andaluces.

Toda la atención, por tanto, puesta en este escenario que se ve alterado por un encierro de inmigrantes en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla que ofrece más incógnitas que respuestas. Voces autorizadas, como ocurre con el Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, cuestionan abiertamente la eficacia que pueda tener este tipo de movimiento de protesta, sobre todo para los sufridos protagonistas de la historia, los inmigrantes sin papeles que corren el riesgo, más cercano que nunca, de su expulsión como resultado concreto de su acción de protesta.

En cualquier caso, este encierro, no deja de ser un reto más que tienen ante sí nuestros gobernantes, y muy especialmente, el delegado del Gobierno en Andalucía, José Torres Hurtado. El desacuerdo de los integrantes del Foro Social con el itinerario fijado para la manifestación de los antiglobalización en Sevilla supone todo un desafío que pone a prueba su capacidad de resolución. De la Administración andaluza sólo cabe esperar la máxima colaboración tal y como se reflejará en el manifiesto que con motivo de esta cumbre se aprobará en el Consejo de Gobierno de este martes. Una resolución que contendrá una llamada de atención para que este cónclave sirva para fijar vías de salida a retos que tiene ante así Europa cómo es el fenómeno de la inmigración, sin que eso suponga añadir más castigo a los países de donde proceden los 'sin papeles'.