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'El PP está en proceso de involución'

El ex presidente del PP de Córdoba Enrique Bellido (Córdoba, 1951) no se esperaba su suspensión cautelar de militancia, si bien la interpreta como la culminación de una estrategia estudiada.

Pregunta. El PP le expedienta y le suspende. ¿Por qué?

Respuesta. Es la culminación de una estrategia claramente planificada en la que, creo, ha podido más la impotencia y la soberbia por no saber conducir, por la vía de la razón, una situación conflictiva que se había producido en Córdoba y que al final se ha tenido que resolver por la fuerza. Todo estaba perfectamente meditado. En primer lugar fue derribar a la dirección del PP de Córdoba y luego llevar a efecto mi expulsión, aunque sea cautelar, para presentarme como culpable e intentar salvar la cara de la dirección nacional y regional.

Arenas no permite que exista en Andalucía un liderazgo político claro dentro del partido

P. ¿Esperaba esa resolución?

R. No. Es la más drástica que se puede tomar. Yo he tenido la posibilidad de expulsar del partido a Rafael Merino y a María Jesús Botella por no pagar las cuotas, pero no lo hice. Eso marca una diferencia en el talante de unos y otros. También pude hacerlo con aquellos que firmaron el manifiesto en mi contra, pero aposté por la conciliación.

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P. ¿La reacción del PP responde a su anuncio de volver a presentarse a presidente del partido?

R. Me extraña que ese anuncio pudiera generar miedo en el partido. En Sevilla y en Madrid se han seguido los dictados de una sentencia que han escrito miembros del PP de Córdoba que no aceptaron el resultado del congreso que gané en 2000, lo que va a provocar un efecto perverso entre los militantes y en los próximos resultados electorales.

P. ¿Qué miembros del PP?

R. Rafael Merino, María Jesús Botella, Juan Ojeda y Salvador Fuentes han estado detrás de toda esta estrategia.

P. El comité disciplinario del PP le achaca faltas muy graves por auspiciar la creación del Foro de los catetos, que lo integran miembros de su junta directiva provincial, y por hacer un llamamiento a la desobediencia civil.

R. Si a la dirección nacional del partido le preocupa que 10 o 12 personas del Foro de los catetos se reúnan en una sola ocasión, sin tener una estructura organizada, para dialogar sobre la situación del PP en Córdoba, cuando el propio partido tiene abiertos en torno a 200 foros de debate en su página web, o este Foro de los catetos tiene una fuerza que nosotros mismos desconocemos o hay un desconocimiento total de la dirección nacional sobre el planteamiento de esa corriente crítica. En cuanto a la desobediencia civil sólo he dicho que, si la dirección regional no rectificaba la actitud de la portavoz en la Diputación, María Jesús Botella, sobre el despido del asesor Jesús Morales (ex vicesecretario de Organización del PP cordobés), me vería obligado, por higiene política, a plantearme la desobediencia civil respecto a esa dirección regional.

P. ¿Habrá más expedientes?

R. Si los hay, se privará al partido de los mejores valores que hoy por hoy tiene el PP en Córdoba, porque éstos no están en quienes ahora dirigen el partido, no están en quienes están en el Ayuntamiento y en la Diputación, ni en los diputados nacionales y algunos autonómicos.

P. ¿Influirán las crisis del PP de Huelva y de Córdoba en el próximo congreso regional?

R. Desgraciadamente, el PP está iniciando un proceso de involución política. Este tipo de procesos aparecen cuando los máximos dirigentes del partido se creen los auténticos propietarios de la ideología y del proyecto y no tienen en cuenta el papel del militante de base. Esta situación nos está llevando a un proceso de crisis en Andalucía. Es cierto que hay malestar en Córdoba, Huelva, Sevilla y Granada, provincias en las que, curiosamente, hubo más de una candidatura para dirigir el partido. Pero también hay problemas en Málaga, Jaén y Almería de cara a las próximas municipales. Lo que tengo es la sensación de que hay personas a quienes no le interesa que el PP progrese en Andalucía.

P. ¿Dentro del partido?

R. Hay incluso quien puede estar interesado en que Teófila Martínez no obtenga unos resultados históricos que la lleven a presidir la Junta de Andalucía. En las últimas elecciones autonómicas ya vimos a Teófila Martínez desamparada, trabajando ella sola. Ese desamparo se ve más claramente en los últimos meses. Lo que no sé es si esta situación provocará que finalmente no sea la candidata.

P. ¿A quién no le interesa que el PP progrese en Andalucía?

R. No me gustaría dar nombres. Lo que sí he manifestado es que Javier Arenas debe dejar de ejercer el protectorado que sobre el PP de Andalucía ha venido ejerciendo, porque lo que ha conseguido es encorsetar las posibilidades de expansión del PP. Arenas no ha permitido que existiera en Andalucía un liderazgo político claro dentro del partido.

P. Todas las críticas las centra en Javier Arenas.

R. En el PP se está notando el papel negativo que juega un sector político. Me refiero a un sector de la democracia cristiana. Demócratas cristianos situados en niveles estratégicos, caso de Javier Arenas, Salvador Fuentes y Juan Ojeda, que actúan a veces como carcoma capaces de destruir un partido desde dentro. Ya lo hicieron en su época con la UCD, algunos lo hicieron con el CDS y lo están provocando con el propio PP, porque nunca han creído en el proyecto del PP. Han pensado siempre mucho más en sus intereses particulares.

P. ¿Cree que el PP no quiere ganar las elecciones andaluzas?

R. Da esa sensación, lo que me parece absolutamente aberrante. Ya digo que ese desamparo lo notamos mucha gente. Nadie lo manifiesta públicamente, pero esto lo he hablado con dirigentes de otras provincias en privado y todos coincidimos.

P. ¿Esta crisis, influirá en las próximas elecciones?

R. En Córdoba puede repercutir negativamente. Hay encuestas realizadas después de la destitución de la junta directiva provincial el 13 de mayo que hablan de que el PP perdería entre cuatro y cinco concejales, quedándonos entre los 9 y 10. Eso ya es gravísimo. En el ámbito autonómico creo que este malestar puede de alguna manera extenderse al resto de las provincias y eso afectaría a los resultados. Creo que incluso la propia presidenta sale debilitada de esta situación porque o bien ha estado al margen o bien no se ha definido claramente. Un dirigente que quiera realmente llevar las riendas y ser una opción de Gobierno tiene que controlar todas las situaciones y estar al frente de todas ellas, y a ella no se le ha permitido.

P. ¿Cuál va a ser su futuro? ¿Va a conservar su escaño en el Senado?

R. El escaño en el Senado lo conservaré; lo que no sé es si tendré que pasar al grupo mixto. La dirección del PP puede, administrativamente, privarme de un cargo. Eso es fácil de hacer, no tiene ningún mérito, sólo se precisa manipular los estatutos. Pero hay algo que me pertenece a mí y no le pertenece ni siquiera al presidente del partido, que es la pertenencia a una ideología y a un proyecto con el que yo me identifico plenamente.

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