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Reportaje:LA HUELGA GENERAL DEL 20-J

Dos despedidas estrenan paro sin salarios de tramitación

Una peluquera y una dependienta temen que la reforma del desempleo perjudique su proceso de despido

Lucía Abellán

La reforma del desempleo acrecienta las vacilaciones de los trabajadores despedidos que se plantean demandar a la empresa. La eliminación de los salarios de tramitación (los que correspondían a los meses en que la justicia decide sobre el despido) recogida en el decretazo infunde temores a quienes optan por recurrir, ya que temen que la empresa pierda interés por llegar a un acuerdo y prefiera agotar los trámites judiciales hasta el final.

El interés por aplicar las novedades de la reforma ha mantenido a Raquel R. 10 días 'sentada sin hacer nada' en su trabajo. Llevaba dos meses castigada, según su testimonio, por la peluquería en la que trabajaba, pero la empresa aguardó hasta el 27 de mayo para despedirla, precisamente el día en que entró en vigor el decreto del Gobierno.

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Raquel, que acudió a la asesoría jurídica de CC OO, tiene muy claro que el objetivo de la dirección era despedirla con menor coste (al ahorrarse los salarios de tramitación), y por eso no confía en que la empresa intente un acuerdo antes del juicio. 'En otro caso, mi jefe estaría loco por arreglar esto, pero ahora no va a tener ningún interés en el acto de conciliación', se lamenta. Esta peluquera de 28 años explica que en otros despidos anteriores en su empresa la dirección solía pactar con el trabajador en el acto de conciliación, pero que ahora tienen menos trabas para aguardar al juicio.

Hasta la reforma, los salarios de tramitación, que sólo se abonaban en caso de que un despido fuera improcedente, corrían por cuenta de la empresa durante los dos primeros meses. El resto se consideraba demora judicial, por lo que lo asumía el Ministerio de Justicia. A partir de ahora, los salarios de tramitación sólo los cobrará el trabajador cuyo despido sea considerado nulo, es decir, con obligación de que la empresa lo readmita. En la práctica, la minoría de los casos.

Ausencia de ingresos

Después de cuatro años en la empresa y 12 de cotización, esta trabajadora no recibe desde abril ningún ingreso. Aunque el Gobierno defiende que con la reforma los despedidos cobran el desempleo desde el primer día, el trabajador necesita una notificación por parte de la empresa de que ha sido despedido. La empresa no se la ha facilitado a Raquel, con lo que el Inem (Instituto Nacional de Empleo) no le abona la prestación por el momento.

Aunque no se ha arredrado a la hora de demandar a la empresa, Raquel es pesimista con respecto al fruto de su iniciativa. 'No tengo ninguna esperanza de cobrar ni el paro ni la liquidación'. En cualquier caso, la prestación sería muy inferior a lo que le correspondería por el sueldo real percibido. Y es que Raquel tenía dos vías de remuneración: una fija, de unos 600 euros, y otra variable, equivalente al 4% de las comisiones. Como su cartera de clientes era bastante extensa, su sueldo total podía alcanzar los 2.500 euros mensuales, pero nada de esto figura en su contrato.

Raquel tampoco tiene ninguna intención de buscar empleo a través del Inem. 'Te obligan a firmar una carta de compromiso de actividad y, en un momento dado, a cambiar de oficio. Yo ya sé que hay mucho trabajo haciendo pizzas, pero ¿por qué tengo que aceptarlo?', se pregunta esta trabajadora.

El optimismo tampoco acompaña a Mari Carmen O., dependienta de una gran superficie, que ha sido despedida por enfrentamientos con una jefa tras 10 años en la empresa. Sus problemas comenzaron hace cuatro meses, cuando la cambiaron de departamento, y la relación con su jefa desembocó en un despido el pasado 5 de junio por falta muy grave, según figura en la carta de la empresa. 'Lo tengo muy crudo en todos los sentidos', afirma Mari Carmen, para quien la eliminación de los salarios de tramitación va a perjudicar el desenlace de su despido. 'A mí, desde luego, me va a afectar'.

No obstante, considera que su despido es injusto y por esa razón ha decidido acudir a los tribunales: 'De querer hacerme jefa han pasado a echarme'. Al contrario que Raquel R., Mari Carmen sí ha tramitado ya el cobro de la prestación por desempleo y confía en comenzar a cobrarla en breve.

La principal inquietud de estas trabajadoras es imaginar el estado de indefensión en que puede quedar un trabajador despedido. Especialmente en el caso de la peluquera, que aún tendrá que esperar para percibir algún ingreso. 'Yo al fin y al cabo vivo con mis padres y puedo comer, pero si tuviera dos hijos, ¿qué haría?', reflexiona.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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