El zurdo cachondo

Ya que no era posible dar libre en fin de año, el Atlético B organizó para el día un entrenamiento de disfraces. Quinton Fortune no lo dudó: acudió a la sesión convertido en Maradona, el futbolista al que se refiere sistemáticamente sea el que sea el ámbito de la conversación. Así que se calzó una peluca y la camiseta argentina con el 10, sacó el pecho hacia fuera, reprodujo el andar característico de su astro argentino y bordó su voz. Tácticamente, el entrenamiento no sirvió de mucho, pero aún hoy, casi seis años después, no hay un solo miembro de aquel equipo que haya logrado repetir una hora semejante de diversión y cachondeo.

Su sentido del humor, esa habilidad para dibujarle una sonrisa a la situación más tensa, marcó el paso de Fortune por España (1995-99, en el Atlético y media temporada cedido en el Mallorca). Y eso que le tocó sufrir. Sobre todo, cuando Radomir Antic le dejó sin ficha del primer equipo tan sólo dos semanas después de subir -lo grave era que, al ser extranjero, ya no podía volver al filial-. El motivo: que le incorporó el anterior entrenador, Carlos Aguiar. El serbio había contado con el surafricano tres años antes, en el doblete, pero esta vez la decisión no partía de él. Y Antic no soporta una idea ajena.

Fortune, marzo de 1999, juró que se iba. Pero asumió la jugada con la deportividad de costumbre, sin una palabra más alta que otra. Los periodistas le acosaban y él, aunque dominaba cuatro idiomas y manejaba con soltura la jerga de Carabanchel, siempre los esquivaba con un escueto 'no entiendo, no entiendo'. Terminó el curso en el filial, sólo para entrenarse, sin perder su propensión a la broma y las imitaciones. Y se fue.

Remontó el vuelo en el Manchester United, en el que juega lo que Giggs le deja. En Inglaterra su dosis justa de potencia y velocidad, ideal para el juego de ida y vuelta, y la precisión de su zurda, siempre presta para la rosca, han tomado recorrido. Cada vez suma más minutos, también a veces como lateral, y en su currículo ya tiene una Liga.

El de Corea es su segundo Mundial -ya estuvo en Francia 98-. Hoy, en Daejon, Fortune, a sus 25 años, competirá con España por la primera plaza del Grupo B y, en su caso, al menos por clasificarse. Allí se reencontrará con dos viejos amigos, Ricardo y Baraja, que inevitablemente le obligarán a repetir un trocito de su célebre imitación a Maradona. Sea el que sea el resultado, a Fortune se le verá reír.