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Reportaje:

El lado más oscuro de Brenan en Las Alpujarras

Matthew Goode, Verónica Sánchez y Guillermo Toledo reviven las aventuras del escritor inglés en los años veinte en la sierra de Granada

Rocío García

'Todas las mañanas voy / a preguntar al romero / si el mal de amor tiene cura / porque yo de amor me muero'.

Los Gero interpretan este cante flamenco al aire libre, en plena sierra de Las Alpujarras granadinas. En una era cercana orean el heno cuatro campesinos, mientras dos mulos pastan a su alrededor. Sentado bajo unas encinas está Paco, un hombre de pueblo que se protege del sol con una gorra. Está pensativo, hasta que algo al fondo le saca de su ensimismamiento. Es Gerald Brenan, ese extraño inglés aspirante a escritor que ha elegido este paraíso granadino huyendo de la rígida educación victoriana y que regresa de un viaje a Inglaterra. Viene con chaqueta y pantalón de pana marrón, camisa clara sin cuello y unas alpargatillas negras sin calcetines. No sólo es Paco quien se levanta para salir a su encuentro. Una campesina, joven, sensual, alegre -Juliana-, deja el rastrillo del heno y corre entusiasmada hacia Gerald. Los tres se funden en un abrazo. Muy poco más tarde surgirán las tiranteces. Será durante la siesta, después de unas migas cocinadas en el campo, cuando Brenan se entere de que su amigo Paco, al que ha dejado al cargo de que ningún mozo del pueblo se acerque a Juliana durante su ausencia, ha cuidado tan bien de la joven que han acabado noche tras noche compartiendo cama. 'No te sulfures, Geraldo, somos amigos, ¿no?, y los amigos comparten cosas, no te preocupes por el embarazo, yo soy muy bueno en el arte de la retirada', le dice Paco a Brenan, ante el asombro del inglés.

'Era un hombre solitario que en España encontró su verdadera vida', dice Matthew Goode

Paco, Gerald y Juliana son los tres personajes centrales de Al sur de Granada, la película que Fernando Colomo rueda sobre la estancia del escritor inglés en Las Alpujarras de Granada en los años veinte, con José Luis Alcaine como director de fotografía. Guillermo Toledo interpreta a Paco, Matthew Goode a Brenan y Verónica Sánchez a Juliana. El reparto se completa con Consuelo Trujillo, Antonio Resines, Ángela Molina, Laurence Fox y Jessica Kate Meyer, en el papel de la pintora británica Dora Carrington. Producida por Fernando Colomo PC y Sogecine, Al sur de Granada terminó el viernes pasado su rodaje en tierras granadinas para continuar su trabajo mañana, lunes, en Madrid. Al sur de Granada, con guión del propio Colomo y de Johathan Gathorne Hardy, autor de la biografía The interior castle sobre el autor inglés, rastrea en el descubrimiento de Brenan del placer de la sexualidad con Juliana, él, que a sus 25 años arrastra una impotencia psicológica y un conflicto traumático con la educación estricta recibida y su encuentro temprano con la tragedia de la I Guerra Mundial.

'Para mí, lo más interesante es sacar el lado más oscuro de Brenan. No es una persona tan buena como aparece en la película, su vida es mucho más complicada'. Lo dice Matthew Goode, un joven nacido hace 24 años en una pequeña ciudad de Devon, recién salido de la Escuela de Arte Dramático de Londres y que, para su sorpresa, vive su primer papel protagonista y su primer largometraje en España. Le contrató Colomo a través de un casting realizado en el Reino Unido. 'Al principio pensé en algún actor conocido, pero todos eran un poco mayores. Matthew tiene esa ingenuidad, esa pureza e inocencia que Brenan tenía cuando llegó a España en 1919', explica el realizador.

Matthew Goode, cuyo pelo teñido de pelirrojo hace que su tez parezca todavía más blanca, no conocía a Gerald Brenan. 'Al contrario que en España, en la Universidad británica no se estudia a Brenan', dice Goode, quien se ha empapado de todos los libros sobre el escritor que encarna. Y ha descubierto a una persona que deja atrás sus privilegios de clase para vivir en otro país y con otra gente. 'Era un hombre fascinado por la clase baja, cuyos recuerdos le venían de cuando niño fue a la escuela pública, rechazaba el mundo que reflejaban las clases más privilegiadas, era un hombre solitario que en España encontró su verdadera vida', explica Goode, después de haberse camelado, con un español aprendido a velocidad del rayo, al camarero del catering del rodaje para que le traiga unas natillas de chocolate, ausentes ese día del menú. Por la sonrisa que brinda al camarero, debe de saber que ahí tiene uno de sus principales encantos.

Goode confiesa que ha ententido la fascinación que debió vivir su compatriota hace más de ochenta años cuando descubrió la belleza de las tierras granadinas. 'El primer día de rodaje fue definitivo. Había oído hablar de Sierra Nevada, pero no había visto fotos. No sabía cómo iba a caminar mi personaje, no estaba seguro de cuál tenía que ser la interpretación física que debía de dar a Brenan. Cuando empecé a caminar por la nieve, todo encajó de repente. Las vistas, las montañas, el paisaje..., todo me ayudó a ponerme en situación y a conectar con Gerald Brenan'.

Goode no es el único al que le apasionan las natillas de chocolate, y Verónica Sánchez, una simpática sevillana de 24 años, también consigue, pero esta vez con menos esfuerzos, otra trampa en el menú. A Sánchez, para quien Al sur de Granada también supone su primer largometraje, después de alguna experiencia en el teatro y en una serie de televisión en Canal Sur, le atrae de Juliana, su personaje en el filme, esa mezcla de sensualidad y salvajismo con la ingenuidad de una adolescente campesina de los años veinte. 'Es una sensualidad nada desafiante, muy natural, aunque ella es muy consciente de la atracción sexual que ejerce sobre Brenan. Por algo dijo Brenan que con Juliana fue la primera y la última vez que disfrutó de verdad de un amor pasional y físico, que encontró en ella la plenitud sexual'. La actriz sevillana, que en cuanto termine el rodaje del filme piensa hacer sus maletas e instalarse en Madrid, cree que la relación entre Brenan y Juliana fue de igual a igual. Brenan era superior intelectualmente, pero Juliana le ganaba en las artes del amor.

Es Paco, el amigo de Brenan, quien le enseña a abordar a Juliana, aunque luego él decida que el amor puede ser cosa de tres. Guillermo Toledo se mira en el combo después de rodar la larga escena de la discusión entre su personaje y Gerald Brenan, y da un grito de terror: 'Me estoy convirtiendo en un auténtico Paco. Qué ganas tengo de dejarme crecer la barba'.

'Lo único que quiere Paco es salir del pueblo, su sueño es escapar a Argentina. Cuando conoce a Brenan se pega a él, le produce curiosidad por eso de que es alguien que viene de fuera, que es una persona cultivada. Le alucina que venga con 2.000 libros y se pregunta ¿pero qué será estar todo el día leyendo? ¿Para qué le servirá si luego se va al monte?', explica Toledo de su personaje. Al actor madrileño se le ve contento, muy pendiente de la opinión de Fernando Colomo, pero también sugiriendo aportaciones propias y siempre creando un rincón agradable a su alrededor.

Lleva dos años haciendo televisión -la serie Siete vidas, que tiene pensado dejar esta temporada-, con la que ha ganado ya suficiente dinero, ha podido compaginar su trabajo con el cine, tiene a punto de estrenar el musical Al otro lado de la cama, de Emilio Martínez Lázaro, y ve un futuro esperanzador.

Al sur de Granada tiene tintes cómicos. Colomo todavía no sabe si le saldrá una comedia total o no. Pero Guillermo Toledo ya cree que no es una película fácil, que es dura y sin final feliz.

JULIÁN ROJAS

Babelia

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