La reivindicación de Morientes

Fernandito Morientes, de tres años, vio ayer a su padre levantarse un metro por encima de la hierba y cabecear el gol del empate (1-1) ante Paraguay. Minutos más tarde le vio empujar con la panza un balón que se metió en la portería de Chilavert convirtiéndose en el gol de la remontada (2-1). Morientes fue el héroe, hizo un golazo de cabeza, los que más le gustan, y se impuso por arriba a una selección famosa por su juego aéreo. 'El pequeño se enchufa a la tele los 90 minutos y seguro que me estaba viendo', dijo, riéndose, al salir del vestuario. Los dos tantos le llevaron a quitarse la camiseta y saltar de alegría. Su temporada en el Madrid, muy cuestionada, se convirtió así en una tarde de gloria en un lugar bastante extraño para alguien como él, español de tierra adentro, criado entre Cáceres y Toledo.

Morientes, que suele llevar una banderita española colgada del retrovisor de su coche, es un fanático de la selección. Ayer le tocó reivindicarse lejos de su terruño. Justo donde los estadios se levantan como platillos volantes en medio de arrozales. Y el de Jeonju, aunque está más cerca de parecerse a un monasterio budista por sus techos abombados, no es una excepción.

'Realmente, no sé quién me estaba marcando en ese momento. Sólo sé que había mucha gente alrededor metida en el área', recordó el delantero. El momento previo al gol era grave. Paraguay se había adelantado en el marcador y luego se había metido en la caverna de Chilavert para taparse y contragolpear. Gamarra, Ayala y Cáceres son por motivos culturales y físicos grandes saltadores. Pero Morientes les ganó por arriba. 'Nos sorprendió', murmuró Arce, conmocionado; 'Morientes se anticipó y nos sorprendió'.

El seleccionador de Paraguay, el italiano Cesare Maldini, dijo que el primer gol fue producto de un error defensivo mientras que el segundo se debió más a un lance, a un accidente. 'Felicito a Morientes', dijo Maldini, 'porque ha metido un gran gol. Pero sabíamos que Luis Enrique y él son grandes rematadores de cabeza y había órdenes de marcarlos en las jugadas a balón parado. En esos casos había marcas personales previamente asignadas y en el primer gol no se respetaron . El defensa que debía estar con Morientes no le acompañó. ¡Morientes remató solo! Fue una falta de atención. En el segundo tanto Chilavert cometió un error comprensible, normal'.

Luis Enrique no tenía dudas sobre la trascendencia del primer tanto de Morientes: 'El gol ha sido importantísimo por el momento en que lo ha metido y por el acierto definidor que ha tenido'. El tanto fue una especie de redención para el delantero. La temporada, especialmente en la Liga, se le puso cuesta arriba. Marcó 16 goles, pero nunca consiguió consolidarse en el equipo titular del Madrid y sus actuaciones oscilaron entre chispazos de genio y grandes periodos de dispersión. En los últimos meses incluso se llegó a plantear dejar el club y aceptar una oferta del Roma, en el que Fabio Capello le considera un fuera de serie. 'Si no me quieren...', confesó una vez, medio deprimido; 'me iré'.

'Morientes se ha ganado el primer puesto, como todos los delanteros, como Tristán y como Luque', dijo Camacho, evasivo; 'hay que tener en cuenta que se ha aprovechado del trabajo que han hecho otros compañeros en la primera mitad'.

Marcar dos goles a una defensa célebre por su poder aéreo y su experiencia alegró especialmente a Morientes: 'Da satisfacción marcar un gol así a una defensa como la de Paraguay, con un portero tan peculiar como Chilavert. Romper una defensa así es un placer. Yo estoy supercontento con esta temporada a pesar de lo que puedan decir algunos. Esto no es una revancha ni he venido al Mundial a demostrar nada a nadie más que a mí mismo'.