Niño pequeño
Siento una pena honda por mi hijo, por su sufrimiento siendo aún tan pequeño, también por el mío. Creo que tengo un niño demasiado raro. No me parece extraño que tenga temores, todos los niños los tienen, pero los suyos son muy particulares. Siente un miedo atroz cuando oye correr el agua de la cisterna, especialmente si él está cerca; teme aproximarse mucho y que el torrente de agua le succione y le arrastre váter abajo llevándole al sitio horrible al que él imagina que va todo lo que cae en el retrete. También recela del lavabo: cuando entra en el cuarto de baño, se arrima a la pared, pega la espalda a los azulejos y avanza sin darle la espalda hasta que se cree a salvo, entonces se relaja. Me costó mucho sonsacarle el motivo de su conducta, pero por fin una noche, antes de dormirse, me lo contó, le tiene miedo al borde del lavabo porque está seguro de que cuando crezca y llegué a su altura se morirá. A mí me pone muy triste que sea víctima de esa angustia con apenas tres años, pero confieso que en el fondo, lo que más me acongoja es que temo que tenga razón y sea la altura del lavabo la que haya de marcar el límite de su destino.
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