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Entrevista:Okwui Enwezor | LA DOCUMENTA DE KASSEL

'Es importante pensar cómo se utiliza el espectáculo del arte y cuál es su dimensión crítica'

Si Catherine David, anterior directora de la Documenta, se ha convertido en una especie de diosa mortal para muchos comisarios independientes, la virtud de Okwui Enwezor consiste en poseer un carisma que le hace más cercano a los diablos menores del arte contemporáneo, pues este nigeriano nacido en Kalaba (1963) es un hombre encarnado en poeta, capaz de encontrar imágenes donde nadie iría a buscarlas: en los libros. El director de la Documenta 11, que se inaugura hoy en la ciudad alemana de Kassel, es imponente y nada violento, desapasionado con el aura de su predecesora y profundamente desafiante con su inminente destino que resume en la que parece su mayor preocupación, 'la enorme complejidad del mundo actual'. Afincado en Nueva York durante 17 años y en la actualidad curator del Art Institut de Chicago, Enwezor dirigió en 1997 la II Bienal de Johannesburgo; su especialidad como poeta, ensayista y crítico de arte se centra en la creación africana: Future, Present, Past, en la 47 Bienal de Venecia, In/Sight: African Photographers, 1940-Present, en el Guggenheim Museum de Nueva York y la recientemente organizada por el MACBA David Goldblatt. Su próximo reto lleva el título de At home in the World: Exile, Memory and the Making of African Modernism, el mayor estudio sobre el tema del desplazamiento en el trabajo de los artistas africanos que viven en Occidente. Una idea que ha llevado hace poco a Berlín en The Short Century, una memoria popular del arte africano sobre los movimientos independentistas y de liberación desde 1945. 'La descolonización, que no sólo fue política sino también ideológica y cultural, fue uno de los acontecimientos más importantes del siglo XX', afirma.

Nos citamos en un modesto edificio al lado del Museo Fridericianum, uno de los enclaves donde tendrá lugar buena parte de esta exhibición quinquenal, la más importante del mundo. En los albores de un nuevo milenio, cuando las grandes bienales han acabado convirtiéndose en diluvios secos y 'fuegos escénicos' (Ruskin), Enwezor define así un proyecto que ya se inició hace más de un año en Viena con un foro de debates en una serie de lugares 'de producción de teoría y saber' situados lejos de los centros neurálgicos del mundo industrializado a través de cinco plataformas: a Viena y Berlín se sumaron la isla caribeña de Santa Lucía y Lagos. 'No quiero hacer una declaración de defensa sobre las Documentas ni cuestionarme si hoy día son viables o tienen sentido. La Plataforma 5 subraya la necesidad de repensar las implicaciones que supone el privilegio del sentido del origen y cómo las diferentes disciplinas, enfoques y materiales que hoy utilizan los artistas se vinculan con el contexto histórico en que viven. Todo está sujeto a un entramado de relaciones, por eso Documenta 11 plantea interconexiones entre disciplinas como el cine, la escritura, la arquitectura, la pintura y las instalaciones multimedia. Se trata de explorar la vitalidad del arte contemporáneo y su papel en el mundo actual'.

PREGUNTA. ¿Cuáles cree que son hoy las grandes cuestiones éticas y estéticas?

RESPUESTA. No se trata de hacer una separación entre éticas y estéticas, es más bien una compleja conjunción de ambas cuestiones. Obviamente, Documenta 11 intentará definir el grado de compromiso del artista con el presente, las condiciones en que las obras procesan ideas en un mundo en constante transición y en donde el proyecto occidental parece ya concluido. Y cuestionar la idea de soberanía, cultural y política. Creo que las obras están más allá de su nacionalidad o su relación con el mercado. Para el visitante ha de ser un reto experimental, crítico e intelectual.

P. ¿Pueden los artistas evitar la creciente espectacularización e instrumentalización del arte por la industria cultural?

R. Plantearlo desde esa perspectiva es ver al artista como un individuo frágil que tiene que ser defendido, por eso no creo que debamos criticar la industria cultural, todo depende de cómo se utilice, de las condiciones socioculturales en que se cree una obra y de su compromiso. El mercado no siempre es negativo. A veces se dan casos de acciones de artistas hechas en contextos espectaculares que llaman la atención sobre los problemas de la sociedad. Es importante pensar cómo se utiliza el espectáculo y cuál es su dimensión crítica.

P. ¿Cómo interpreta el choque entre una ciudad pequeño-burguesa como Kassel y un espacio internacional para el intercambio artístico?

R. Se trataría de poner en cuestión el modelo de centro, y esta crisis tiene implicaciones epistemológicas, públicas y culturales. La ciudad de Kassel y Documenta tienen unos orígenes y evolución muy ligadas a Alemania y a Europa, por eso intentamos representar una atmósfera común donde conseguir una oportuna conjunción de 'sitios' a los que se añaden otra constelación de 'plataformas' de discusión en otros centros, porque una exposición debe ser activa, y no simplemente un conjunto de obras. Queremos mostrar artistas que están realizando una investigación sistemática en sus trabajos y presentarlos a través de pequeñas cosmologías que expliquen esa lógica particular. No queremos ser obscurantistas, sino transparentes. Además, no sé por qué, hay una falsa idea de que el arte contemporáneo representa sólo los deseos del pequeño burgués.

P. ¿Siente como si llevara un estigma respecto a la anterior responsable de Documenta X, Catherine David, como si tuviera que estar justificándola continuamente?

R. David es muy coherente y rigurosa, su proyecto fue ejemplar. Pero Documenta 11 no estará tan marcada por las figuras históricas del arte conceptual o por trabajos de contenido político, no estoy interesado en planteamientos de tipo retrospectivo, porque creo que hay que forzar la interpretación del contexto, la obra existe en un tiempo presente. Si se compara la Documenta 9 de Jan Hoet y la de David hay un abismo intelectual. La mía está más cerca de la de David.

P. Sí, pero explíqueme qué tienen en común Alfredo Jaar y Mona Hatoum, o Fabián Marcaccio y Shirin Neshat, o si me apura, Annette Messager y Adrian Pipper.

R. ¡Que son artistas contemporáneos con diferentes métodos! Mire, no he querido hacer una lista de propuestas comunes. Pretendo hacer oír la voz de diferentes individualidades que se expresan en un contexto de tradición democrática y poner esas prácticas en común. Esto es lo que hará excepcional nuestra Documenta.

P. Usted siempre ha rechazado los términos arte contemporáneo y arte político.

R. No sabría definir qué es arte político. La mayoría de las manifestaciones de cualquier subjetividad son una abstracción y es importante enmarcarlas en un aquí y ahora. Cuando Richter pinta la tragedia de la banda Baader Meinhof, ¿está haciendo política o es una simple pintura? ¿Es arte político la intervención de Beuys en la Documenta de 1982? Creo que establecer esa dicotomía es profundamente conservador y problemático, parece que se quiera esconder o proteger algo. Otra cosa es que piense que el valor crítico es lo importante en la obra. No se puede dibujar una línea sensorial sobre las posibilidades del arte. Eso corresponde a los críticos o al público, por cómo recibe esas situaciones de tensión que le plantea el artista. Y en cuanto a la etiqueta 'arte contemporáneo' no es más que un término, ni siquiera los museos saben con precisión lo que es. El arte moderno termina en 1945, sí, pero Duchamp sigue teniendo una relevancia increíble en la creación actual.

Okwui Enwezor, director del documental 'De Vasel'.
Okwui Enwezor, director del documental 'De Vasel'.MARCEL.LÍ SÁENZ

CRONOLOGÍA

Documenta 1 (1955). Los historiadores Arnold Bode y Werner Haftmann presentan en Kassel una retrospectiva de obras consideradas por los nazis 'arte degenerado'. Documenta 2 (1959). Bajo el comisariado de Bode y Haftmann, la Documenta alcanza la cifra de 130.000 visitantes. Documenta 3 (1964). Bode y Haftmann llaman a la Documenta el 'Museo de los 100 días' y se despiden de la organización. Documenta 4 (1968). Se abandona el carácter retrospectivo de la muestra. Documenta 5 (1972). El suizo Harald Szeemann es el responsable de una gran exhibición titulada Cuestionar la realidad. Imágenes del mundo de hoy. Documenta 6 (1977). El crítico alemán Manfred Schneckenburger incluye por primera vez fotografía y vídeos. Además abre la controversia al incluir artistas del Este. Documenta 7 (1982). El holandés Rudi Fuchs dedica especial atención a la pintura, particularmente a los llamados Nuevos Salvajes alemanes. Documenta 8 (1987). Manfred Schneckenburger examina la dimensión social e histórica del arte. Documenta 9 (1992). El belga Jan Hoet consiguen que visiten Kassel 600.000 personas. Documenta X (1997). La francesa Catherine David hace una revisión crítica e histórica del arte, con obras a partir de la posguerra mezcladas con el arte más actual.

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