Obispos

El profesor Martínez Sospedra escribía hace unos días en estas páginas un artículo, que suscribo totalmente, titulado Los obispos vascos tienen razón, refiriéndose a la célebre pastoral que tanto revuelo ha ocasionado. Revuelo pero... ¿por qué? ¿Por lo que dicen los obispos en su texto o por lo que algunos dicen que han dicho no siendo verdad que los obispos hayan pronunciado las palabras que se les atribuyen? Un ejemplo paradigmático: el presidente Aznar, refiriéndose a la pastoral de los obispos vascos se permitió decir el lunes pasado, desde Helsinki, lo siguiente: 'Cuando se llega a afirmar por escrito, por parte de algunos obispos, que lo mejor que les puede pasar a las víctimas es que los criminales salgan sueltos, yo creo que se está ante una perversión moral e intelectual grave'. Resulta, sin embargo, que en la pastoral no aparece en ninguna parte esa afirmación que Aznar atribuye a los obispos. Es una falacia, una mentira. Así de claro. Y uno se pregunta: ¿no será, más bien, 'una perversión moral e intelectual grave', dirigirse a la ciudadanía acusando a los obispos vascos de haber escrito lo que no han escrito? Ha sido un amigo personal de Aznar, el periodista Luis Herrero, quien desde la COPE le afeó haber acusado a los obispos de algo que no habían dicho. Gesto que le honra, como ya he dicho en otra parte. Porque, ¿qué va a pensar el ciudadano español del común, el vecindario municipal y espeso, de los obispos vascos, si ha sido el mismísimo presidente del Gobierno quien les ha 'informado' de que estos obispos 'han escrito que lo mejor que les puede pasar a las víctimas es que los criminales salgan sueltos'? Pues la ciudadanía va a pensar lo peor. Y con razón. Si esa es la información manipulada que le suministran... es lógico que piensen, como mínimo, que los obispos vascos deben ir todos de cabeza al infierno por ser cómplices de los terroristas. Que es lo que están pensando muchos si hemos de hacer caso de las cartas al director o las llamadas a la radio que se vienen produciendo estos días. El profesor Martínez Sospedra tenía razón en su artículo citado. Quien no la tiene es el señor Aznar en sus declaraciones.

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