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La cooperativa Copaga pretende despedir a la mitad de la plantilla

Pujol advierte de que pueden repetirse cierres como el de Lear

La noticia ha caído como un jarro de agua fría en el tejido industrial de Lleida, precisamente el día en que un estudio de La Caixa situaba la provincia entre las más ricas de España. Los sindicatos se oponen al expediente y han anunciado que llevarán a cabo todo tipo de movilizaciones, como huelgas, encierros y cortes de carretera, para defender los puestos de trabajo y protestar contra los gestores de la empresa, a quienes hacen responsables de la mayor suspensión de pagos de una empresa leridana.

La Generalitat, igual que sucedió con la crisis de Lear de Cervera, tampoco se ha librado de las críticas de los sindicatos mayoritarios, que consideran que las ayudas institucionales concedidas a Copaga deberían destinarse a mantener los puestos de trabajo y no a pagar los despidos de media plantilla. El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, reconoció ayer que conocía la decisión de cerrar el matadero de Copaga y la difícil situación económica que atraviesa la cooperativa cuando el Instituto Catalán de Crédito Agrario (ICCA) concedió a ésta el último de los dos créditos por un importe de 7,2 millones de euros. Según Pujol, esta ayuda 'era necesaria para que el resto de la cooperativa sea viable y pueda salir de la suspensión de pagos'. 'Me habían explicado que el matadero de cerdos no era rentable para la empresa', dijo el presidente catalán, que defendió la ampliación del crédito a Copaga porque 'la Generalitat tiene la obligación de intentar salvar las empresas que están en dificultades'.

Efectos de la globalización

La reducción de la plantilla, justificada por la dirección de Copaga por motivos económicos y de producción, supondrá el cierre del matadero de cerdos, Coporc, que en el último año y medio ha perdido más de 2,7 millones de euros, y el despido de sus 96 trabajadores, así como de 20 más de otras secciones. Copaga también estudia cerrar otras plantas deficitarias, como la de la integración del porcino y las granjas de mejora genética que tiene en Solsona, para centrar su actividad en la fabricación de piensos para sus 1.600 asociados.

Jordi Pujol también advirtió ayer en Andorra, en el acto inaugural de la XIII Trobada al Pirineu, de que situaciones como el cierre de la factoría de Lear en Cervera y de la cooperativa Copaga en Lleida son irreversibles y consecuencia de la globalización de la economia. Añadió a su vez que se pueden repetir en el futuro, aunque Cataluña està bien posicionada para enfrentarse a los efectos de esta globalización, informa M. C. Orduña.

El presidente puso de relieve ayer en su discurso los efectos positivos de la globalización porque generan crecimiento a través de la competencia abierta.

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