'Nunca pretendo ser objetivo, ni universal, ni imparcial'

José Miguel García Cortés no esconde casi nada. A sus 47 años, ha tratado al Espai d'Art Contemporani de Castellón como parte de su vida. No en vano, sus inquietudes, algunas, se han visto reflejadas en las paredes de un espacio para el que casi nadie auguraba semejante trayectoria. Doctor en Estética y profesor de Teoría del Arte no olvida que la didáctica es una vía fundamental para el futuro de lo que más le gusta. Además sabe, y valora, haber podido llevar a la práctica esa teoría, con un espacio donde mostrar y enseñar a la vez. Y con un equipo al que siempre menciona. Pese a lo logrado y a su satisfacción, no se vanagloria de haber 'cumplido' con esta primera etapa del EACC, tres años después de su inauguración. Y desde la lejanía que dan los 65 kilómetros que separan la capital de La Plana de Valencia, mira con otra perspectiva.

'Mi opinión subjetiva es que no son artistas todos los que están, ni están todos los que son'

'Deberíamos escuchar mucho a las minorías de toda clase y condición'

Pregunta. ¿Qué es lo que más le ha costado en estos tres años de vida del Espai?

Respuesta. En general, que la gente llegara a entender que desde la periferia se está ofreciendo un referente cultural de primer orden. Que la gente confiara en un proyecto que no procedía de una de las más importantes ciudades. Que vieran lo que es estaba ofreciendo y lo valoraran en su justa medida.

P. ¿De qué está más orgulloso?

R. De muchas cosas. Decir una sería olvidar otras. Pero una, y sin que nadie se ofenda, es el haber conseguido traer a artistas muy importantes, a teóricos y a profesionales. Conseguir que, a nivel nacional e internacional, se hable del Espai como un espacio en el que se hace una labor seria y rigurosa.

P. ¿Cree que el ciudadano medio está preparado para exposiciones como las del Espai o es un escaparate para dar un barniz de modernidad a la política cultural?

R. Esa es una pregunta capciosa. Todo el mundo está preparado para todo. ¿Es mejor una película o un libro porque se venda mucho? La pregunta debería ser si lo que se expone aporta elementos que contribuyen a ser mejores en todos los sentidos. Y estoy convencido de que sí.

P. ¿Qué es para usted el arte contemporáneo?

R. La cultura y el arte contemporáneo deben ser instrumentos que ayuden a analizar, a cuestionar la vida, nuestro entorno. Si la cultura no sirve para esto, no me interesa lo más mínimo. Si no me da un instrumento para entender lo que acontece hoy en día, no me interesa.

P. ¿Qué opina del IVAM?

R. Tengo por costumbre no dar opiniones sobre otros museos.

P. ¿Hay muchos envidiosos?

R. Me imagino. No sé. Yo creo que hay que hablar en positivo. La discusión sobre actitudes negativas, envidias o enemigos no ocupan ningún lugar en mi tiempo.

P. ¿De verdad hay tantos artistas valencianos?

R. Creo que el arte y la cultura son cuestiones subjetivas y creo que las aportaciones más interesantes son las que son profundamente subjetivas. Lo que para uno puede ser el mejor artista del momento, para otro, no lo es. Mi opinión subjetiva es que no son artistas todos los que están, ni están todos los que son. Las posiciones objetivas, imparciales y universales nos llevan al autoritarismo. Cada uno hace sus aportaciones y todas son interesantes. Cada uno elegirá lo que más le interese. Yo nunca pretendo ser objetivo, ni universal ni imparcial. El arte y la cultura no pueden serlo.

P. ¿Las mayorías se equivocan?

R. No siempre tienen razón. Y ya va siendo hora de que las minorías tengan los mismos derechos. Deberíamos escuchar mucho a las minorías de toda clase y condición.

P. ¿A qué espacio mira para llevar la dirección del Espai?

R. Hay cantidad de cuestiones que se van recogiendo. Las influencias son mutuas. No hay una influencia directa pero sí relación con otros centros. En el mundo de la cultura hay mucho ruido. Lo mejor es que, desde el principio, ha sido un proyecto muy específico. La gente que ha querido ver cosas del EACC ha tenido que venir a Castellón.

P. ¿Considera peligroso el no haber tenido duras críticas?

R. No. Lo bueno es ver qué aportan las personas, intentar añadir y sumar. Lo importante es sumar iniciativas y no mirar atrás con ira.

P. Los gestores culturales, incluso la administración, le señalan como un director que va un poco 'por libre'. ¿Es una cuestión suya, es que Consuelo Císcar no se deja gobernar o es que le ha dado vía libre para todo?

R. La relación con Consuelo Císcar, su apoyo y respaldo, es total. Sin ella, sin su apoyo y confianza, el Espai no existiría. Hay que agradecerle esta apuesta tan decidida, pero la programación es del director y, desde luego, yo tengo libertad para programar. Ahí también demuestra su confianza.

P. En estos años, ¿se ha censurado algo?

R. No, ni intención. Ni contenidos, ni nombres, ni planteamientos. Ha habido absoluta libertad.

P. Y ¿ha habido 'compromisos'?

R. Ninguno. La programación es responsabilidad del director. Ni he quitado ni he puesto a nadie porque se me haya dicho.

P. ¿Cree que el Espai ayuda a la promoción de la ciudad?

R. El primer objetivo es el de fomentar el interés por el arte y la cultura contemporánea. Hoy en día, el Espai es conocido en toda España y, gracias a esto, hay gente que viene a Castellón. Desde luego, ha ayudado a poner a Castellón en el mapa cultural del país.

P. ¿Cree que el Espai está discriminado dentro del Proyecto Cultural de Castellón?

R. Me gustaría que el Proyecto Cultural de Castellón dedicara un mayor cariño a un centro que se ha convertido en uno de los más importantes de España.

P. Usted ejerce como director y ha ejercido como comisario. ¿En qué papel se encuentra más cómodo?

R. Me encuentro cómodo en el papel de persona que está dándole vueltas a la cabeza para hacer la actividad del centro más intensa y más interesante para el mayor número de personas. El 'título' que me gustaría es el de inventor de proyectos.