LOS OLVIDADOS
Son muchas las personas que han vuelto su mirada hacia la manchega villa de Almagro gracias al teatro y a la labor realizada durante años por personas como el recientemente desaparecido actor, director y escritor teatral Adolfo Marsillach, o el director del Museo Nacional del Teatro, Andrés Peláez. La Corporación municipal de esa ciudad así lo ha entendido y el pasado sábado les nombró a ambos hijos adoptivos de Almagro en el transcurso de un acto al que acudieron conocidos profesionales del mundo escénico, político o académico. Eso sí, los responsables del Ministerio de Educación y Cultura insistieron en hacer el vacío a Marsillach. Ni una persona, ni una nota, ni siquiera alguien de la Compañía Nacional de Teatro Clásico que el director fallecido creó y unió de por vida a esa ciudad; nadie se personó en un popular acto que para ellos no existió.
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