Triunfa la calle

Como colofón al Schweppes Urban y a su postulado principal: la mezcla de estilos, formas musicales y de baile, primero vimos a los franceses de Käfig en el Pavón, dando una lección que, sin perder la raíz urbana y callejera, se yergue en producto teatral, con otras intenciones y una puesta en escena rica a la vez que ingenua; la música fue muy buena, llena de matices, sin desterrar lo étnico y hasta con cierta ironía sobre sus orígenes norteafricanos. No se puede perder de vista que estos chicos son franceses de segunda o tercera generación, que para ellos Argelia, Marruecos o Túnez son algo distante, que no les compromete como lo puede hacer el sonido electrónico.

Después en la plaza madrileña de Felipe II el SUM montó un enorme escenario con pista incluida para ver la pieza de Blanca Li, de modo que así, por arte de birlibirloque, volvían al duro asfalto los chicos y el género que inspiraron la pieza que tanto éxito ha cosechado en toda Europa.

Macadam macadam es una fiesta de hip-hop, patines en línea, bicicleta acrobática y algo de rap ligero, que no deja a nadie indiferente y explora la codificación parateatral de tantos lenguajes e iconos generacionales que se suceden vertiginosamente, con algo de aplicación de la teoría del fundido en la acción, la progresión que regresa por su misma vía al punto de origen, ya sea mecánico estribillo, pirueta aérea o elipse sobre ruedas.