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Reportaje:

Abanicos con arte

La galerista Josiane Phelix propone a 11 pintores hacer una obra con estos utensilios

La francesa afincada en Jaén Josiane Phelix no para de imaginar. Al frente de la galería de arte que regenta, la sala Jabalcuz, se mantiene rodeada de las pinturas que tanto ama y da paso en sus paredes a la oferta más innovadora de la ciudad. Lo último que se le ha ocurrido ha sido fabricar abanicos y dárselos a un conjunto de 11 pintores de la provincia para que hagan una obra con la que realizar una exposición que cierre la temporada.

La idea gustó a los que recibieron la propuesta y, sobre soportes iguales, cada uno de ellos se puso a hacer con el abanico una obra de arte. Vito Jiménez, una de las participantes, se decidió por hacer una composición titulada Abanico matamoscas, recordando que ésta es una de las utilidades que las mujeres daban a este instrumento cuando lo tenían cerrado. 'Los abanicos han servido durante años para infinidad de utilidades, además de la evidente de quitar el calor', reflexionó Vito Jiménez.

La idea de Phelix surgió cuando se hizo Regalarte el pasado diciembre, una muestra en la que se entiende el arte como regalo. Entonces todo era demasiado precipitado para ponerlo en marcha y decidió que estaría bien hacer realidad la idea para terminar la temporada, que coincide, además, con el momento en el que la gente necesita el abanico para el verano. 'Hemos pretendido crear objetos que sirvan, quien quiera puede coger el abanico y ponerlo en su casa para decorar, pero se ha hecho manejable porque la idea es que se pueda utilizar', destacó la responsable de la galería.

Entre los participantes que acogieron la idea se encuentran Gaspar Cortes, Kayser, Pepe Olivares, Miguel Ayala, Gabucio, Sánchez Cubillo, Blas Cabrera, Jacinto Linares y Miguel Viribay. Todos son pintores de Jaén, 'porque a la gente de la ciudad le gustan sus pintores, les tienen mucho cariño y quieren ver lo que hacen', resaltó Phelix.

Cada autor recibió un abanico sin decorar y con él ha hecho lo que quería. 'Ha sido una experiencia nueva que algunos han aprovechado para hacer cosas que no pintan habitualmente, que no tiene nada que ver con su trayectoria, con lo que se han enriquecido', dijo la encargada de Jabaculz.

Josiane Phelix llegó a Jaén hace 32 años por cuestiones sentimentales. Se casó con el pintor José Olivares y fijó en esta ciudad su residencia. Desde el principio tuvo clara que su trayectoria estaba ligada a la pintura y en el año 1980 inauguró la sala de exposiciones por primera vez. Su galería se convirtió en un lugar de encuentro, de debate y de discusión entre los pintores jóvenes. Ha cerrado la sala y la ha reabierto en varias ocasiones por los problemas económicos que generaba no vender suficientes obras, pero siempre vuelve. La última vez reabrió las puertas en octubre de 2000.

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La idea que ahora se ha plasmado en abanicos de artistas de Jaén se mantendrá en el tiempo. En años posteriores tiene previsto hacer la misma propuesta a pintores de otros lugares con el objetivo de que cada cierre de temporada en el mes de junio coincida con una muestra sobre los tradicionales abanicos.

'Está gustando muchísimo la exposición, por eso creo que la idea se puede repetir de forma periódica coincidiendo con la llegada del calor', explicó la galerista. En esta ocasión, por ser una experiencia pionera, los abanicos se han puesto todos a la venta por un precio simbólico de 100 euros. Phelix está convencida de que con cualquier cosa se puede hacer arte, con los objetos más cotidianos o con los materiales más novedosos que aparezcan en el mercado. Y esa mezcla de arte con elementos frecuentes en la vida diaria considera que es una propuesta interesante para el artista.

Vito Jiménez ha entendido su participación en esta muestra colectiva como la oportunidad de hacer un 'poema-objeto', otros participantes han estimado que era el momento de dejar los habituales óleos para probar nuevas técnicas.

Josian Phelix ya tiene decidido seguir haciendo propuestas a los artistas sobre montajes que tiene en mente. En las próximas temporadas irán haciéndose realidad las ideas que está madurando constantemente.

El origen de la tradición

La historia del abanico se pierde con la historia del hombre. A lo largo de los siglos en las zonas calurosas siempre se ha buscado un objeto con el que conseguir un poco de aire que elimine el agobio de las altas temperaturas. Los faraones egipcios utilizaban grandes abanicos de plumas. También ha estado presente en la milenaria cultura china, en la que se sitúa el uso del abanico ya en el año 2697 antes de Cristo. En España no está documentado que esta moda sea tan antigua y su popularidad llegó hace dos siglos hasta configurar un auténtico lenguaje. Si la mujer escondía los ojos detrás del abanico, decía con ese movimiento a su interlocutor que lo quería. Si colocaba el abanico sobre la mejilla izquierda, la respuesta era un rotundo no; pero si por el contrario lo posaba sobre la derecha, la respuesta era un decidido sí. Si se abanicaba con rapidez la mujer quería decir que estaba comprometida; mientras que si lo hacía lentamente explicaba que estaba casada. En Andalucía permanece el único taller de abaniquería artesanal que existe en España. Está situado en Cádiz y enseña a los alumnos la técnica de construcción de estos utensilios.

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