Calvo Poyato ultima un ensayo sobre las reinas viudas de España

José Calvo Poyato, escritor y portavoz del PA en el Parlamento de Andalucía, analiza en su último libro, que espera publicar antes de fin de año, la vida personal y de la corte de las reinas españolas que quedaron viudas desde la monarquía de los Reyes Católicos hasta la actualidad. Calvo Poyato explicó que en el ensayo histórico Reinas viudas de España aborda el 'perfil público y humano' de las ocho mujeres que fueron reinas, que tuvieron que asumir tareas monárquicas tras la muerte de sus maridos y a veces se vieron sumidas en 'situaciones económicas muy graves para mantener un determinado estatus social como correspondía a una reina'.

El historiador y novelista destacó que en otros casos se vieron obligadas a 'asumir cuestiones políticas muy complicadas', ya que a pocas se les había preparado para ello, aunque 'en general asumieron con buen talante el reto que tenían por delante'. Estas monarcas fueron Juana de Aragón, conocida como Juana la Loca (que fue esposa de Felipe el Hermoso); Mariana de Austria (mujer de Felipe IV); María Ana de Alemania (viuda de Carlos II); Luisa Isabel de Orleans (viuda de Luis I); Isabel de Farnesio (que fuera mujer de Felipe V); María Cristina de Nápoles (Fernando VII); María Cristina de Habsburgo Lorena (Alfonso XII); y Victoria Eugenia de Battemberg (Alfonso XIII).

Entre los aspectos más curiosos, el parlamentario andalucista desveló algunos aspectos de la vida de María Cristina de Nápoles, que tras enviudar, 'se casó en secreto con un oficial de la guardia y tuvo media docena de hijos'. Calvo Poyato recuerda que incluso llegó a dar a luz una mañana e ir por la tarde a abrir una sesión solemne de las Cortes, 'aguantando el tirón sin decir que había tenido un hijo porque aquello no se podía saber'.

Luisa Isabel de Orleans se quedó viuda con 15 años. Calvo Poyato la describió como alguien con una educación 'muy deficiente'. Cuando 'iban a casarla se encontraron con el problema de que no estaba bautizada', lo que ocasionó inconvenientes protocolarios en la corte española.