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Reportaje:

El triunfo de la normalidad

Florentino Pérez está en la cresta de la ola tras sus éxitos empresariales y deportivos. Él y quienes le conocen explican cuáles son sus méritos

Francisco Peregil

Para subir al despacho de Florentino Pérez Rodríguez es necesario marcar en el ascensor de la compañía ACS el mismo número que lleva Figo a la espalda. Una vez en la planta décima, hay que pasar ante la mesa de dos empleadas a las órdenes de Conchita Tabuyo.

Conchita es la secretaria que comenzó a trabajar junto a él en 1979, a los 18 años, cuando él era subdirector general en el Ministerio de Industria; lo siguió en 1980 en su despacho de director general de Infraestructura de Transportes, y continuó con él en 1982, cuando Florentino era subsecretario presidente del Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario (Iryda).

Cuando UCD perdió las elecciones de 1982 y Florentino fracasó en la operación Roca, que pretendía llevar al poder un proyecto reformista, el joven ingeniero de Caminos emprendió una vertiginosa carrera empresarial, y Conchita abandonó su puesto de funcionaria y continuó a su lado. 'Ahora me llegan muchas llamadas de gente diciendo que son amigos de él, que le pase a Florentino. Y yo me digo: 'Después de 20 años, sabré yo quiénes son sus amigos'.

'Es muy difícil llevarse mal conmigo. Soy hombre de acuerdos', sostiene Florentino
'Jamás he emprendido una aventura. Todo lo he hecho bien seguro de que podría salir bien'

Sus amigos en el PP son Eduardo Zaplana y Jaume Matas, presidentes de Valencia y Baleares; en el PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba; entre los sindicatos, Cándido Méndez; entre los empresarios, muchísimos; entre los presidentes de clubes, casi todos, y entre los periodistas..., varios y de los medios más dispares. Florentino tiene fama de ser bastante accesible para la prensa.

-Siempre me pongo. Creo en el contacto personal.

-Ya, pero después usted nunca dice nada.

-Es que nunca tengo nada que decir.

Sus respuestas son breves y concisas, termina la frase mucho antes de lo que tarda el periodista en escribirla, como si temiera dar más información de la necesaria. Cuando se les pide a amigos, rivales y 'menos amigos' que definan a Florentino, dos palabras salen siempre a colación: inteligencia y habilidad. Pero él se esfuerza en desmentirlo.

-Mi única habilidad es ser normal.

El presidente de ACS, la cuarta constructora española, que cuenta con 31.000 empleados, 222 millones de euros de beneficio, con participaciones en obras tan importantes como la nueva terminal de Barajas, el metro de Madrid, Terra Mítica y los túneles de Guadarrama, se cuida mucho de alardear de otra cosa que no sea la normalidad. 'Nunca fanfarronea. Jugando al mus, que es su gran pasión, aparte de los perros y el fútbol, Florentino jamás va de farol', señala Jerónimo Farré, amigo de la infancia.

El presidente del Real Madrid; el mismo que acude al congreso del PP; el mismo que asiste al congreso del metal de UGT de la mano del madridista Cándido Méndez y sale aplaudido entre los sindicalistas; el mismo que va al entierro de Kubala y se despide aclamado en Barcelona por los aficionados del Barça; el mismo empresario que se hizo hace dos semanas con el control de Dragados y días después consigue que La Caixa y Dragados fusionen sus autopistas poniendo fin a una batalla que se prolongaba desde hace meses... ese hombre de 55 años, casado y con tres hijos, basa su éxito en la normalidad.

Hijo de un empresario que poseía dos perfumerías en Madrid, el tercero de cinco hermanos, alumno del colegio masculino de los Escolapios de San Antonio, Florentino Pérez nunca fue el primero de la clase. 'Era el líder de nuestro grupo, eso sí. Formábamos desde los siete hasta los 18 años un equipo y nos llamaban 'los del B', recuerda el cardiólogo del hospital madrileño de la Concepción y directivo del Real Madrid Jerónimo Farré. 'Y ya desde bien pequeño Florentino tenía un espíritu competitivo y de ganador fuera de lo común. Estaba superdotado para los deportes. Jugaba de portero al fútbol y al balonmano. Después estudió ingeniería de Caminos. En segundo ya hizo junto a otro compañero un libro sobre problemas de la asignatura más difícil y lo hicieron profesor ayudante cuando era aún alumno. En sexto lo eligieron delegado de curso. Y entonces fue Juan de Arespacochaga a pedirle el voto de su clase para las elecciones a presidente del Colegio de Caminos. Nada más terminar la carrera, Arespacochaga lo llamó para trabajar en la Asociación Española de la Carretera. Y después Arespacochaga sale elegido alcalde de Madrid y se lleva a Florentino de concejal.

¿Sólo un hombre normal?

-Bueno, también reconozco que soy un hombre de acuerdos. Es muy difícil llevarse mal conmigo. Pero es que la gente normal es así, no es ningún mérito mío.

'Su gran activo es la conversación a corto espacio', comenta José Mayor-Oreja, antiguo empleado de Florentino Pérez Rodríguez y en la actualidad presidente de la compañía rival FCC Construcción. 'Nunca ha pretendido llegar arrollando, nunca va demostrando lo listo que es. Eso no significa que no sea duro en el fondo. Y es, sobre todo, muy persistente. A veces da apuro verlo insistir en un tema'.

-¿Cómo explicaría usted a alguien que no sepa mucho de economía la historia del pez chico que se come al grande? Es decir: ¿Cómo ha logrado su empresa tomar el control de Dragados?

-Es una cuestión de oportunidades, de esperar el momento apropiado. Pero, además, ACS no es un pez tan chico. Dragados factura unos 5.048 millones de euros y ACS, unos 3.906.

'Eso es cierto', corrobora otro rival de la construcción, 'pero también es verdad que ACS no está tan consolidada técnicamente como Dragados. Floro no tiene capacidad para hacer lo que hace. Detrás de él están los March y eso es decisivo'.

-Consenso y diálogo. Sin embargo, en el mundo de la construcción no es ningún secreto que sus relaciones con el ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, no son buenas. ¿A qué se debe?

-Yo creo -reconoce Florentino Pérez- que en eso tiene algo que ver la intervención de un periodista [se refiere a José María García, aunque en ningún momento lo menciona]. El periodista y Cascos son amigos. Y yo, por más que lo he intentado, no he conseguido mantener buenas relaciones con ellos. Cuando alguien te llama gánster o delincuente, si acudes a una entrevista con un señor así, lo estás autorizando para que siga llamándote lo que quiera.

'La intervención de García puede ser una razón para explicar su mala relación con Cascos', comenta un constructor que prefiere preservar el anonimato, 'y la otra es que Florentino Pérez se llevaba muy bien con el anterior ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado. Y éste le adjudicó a última hora unas obras muy buenas a Floro. Y a Cascos eso le sentó muy mal'.

Otro frente opositor lo encontró en Matilde Fernández, concejal socialista en el Ayuntamiento de Madrid, quien se opuso a la recalificación de la Ciudad Deportiva, en el Paseo de la Castellana, donde se construirán varias torres urbanas que generarán unas plusvalías de 600 millones de euros, lo que permitió al Real Madrid conseguir dinero más que suficiente para saldar su deuda. 'Con Florentino almorcé una vez y desayuné dos', dice la concejal socialista. 'Da la impresión de ser muy trabajador, que dedica mucho tiempo a las relaciones personales. Eso demuestra inteligencia. Pero responde al perfil del empresario que vincula la gestión empresarial con la política. Esto es típico de los países con democracias jóvenes. Hace muchas operaciones en función de las relaciones personales con los políticos'.

-Yo estoy convencido de que el problema de Matilde -declara Florentino Pérez- con la Ciudad Deportiva no es conmigo, sino con su propio partido. Hay socialistas rivales de ella que da la casualidad de que son amigos míos y apoyan el proyecto de la Ciudad Deportiva, y ella pretende vengarse de ellos a mi costa.

-¿Hay tráfico de influencias en el palco del Madrid?

-El Madrid tiene que ser punto de encuentro de todas las personas y condiciones. El 1 de mayo coincidieron allí los líderes sindicales y el ministro de Trabajo. Quiero que el palco sea eso, algo plural.

¿Del PP o del PSOE? 'Él tiene que llevarse bien con el Gobierno, pero se siente más a gusto entre nosotros', comenta un diputado del PSOE.

-¿Ha pisado el freno o planea usted otra aventura empresarial?

-Jamás en mi vida he emprendido una aventura. Todo lo he hecho desde la absoluta seguridad de que podría salir bien.

Lo cual podría ser una forma de decir que no ha pisado el freno.

Florentino Pérez, en su despacho, junto a su secretaria, Conchita Tabuyo.
Florentino Pérez, en su despacho, junto a su secretaria, Conchita Tabuyo.GORKA LEJARCEGI

Una confianza pasmosa

Florentino Pérez, Tinín para sus padres, Floro para los amigos de la construcción, parece un tipo normal. Que viste casi siempre traje azul o gris, corbata azul y camisa azul. Que se sigue viendo con los amigos del colegio. Que cena patatas y huevos fritos a menudo. Que lleva el mismo reloj Cartier de acero que se compró hace 20 años en un aeropuerto... Que siente debilidad por su hija de 18 años, que estudia Ciencias de la Información. Que se casó hace más de 20 años con una mujer que enseña encajes de bolillos en una academia cercana al Bernabéu. Alguien aparentemente normal. Pero con una confianza en sí mismo fuera de lo normal. Así es como definen a Florentino Pérez Rodríguez sus amigos y rivales.

'Se necesita mucho desparpajo y desvergüenza, en el buen sentido, para llegar a donde ha llegado Floro', comenta un amigo suyo que prefiere preservar el anonimato. 'Cuando Floro compró Ocisa tenía treinta y pocos años y ninguna idea del mundo de la construcción. Pero con un desparpajo tremendo se plantó delante de Julio Roa, que era consejero de Focsa, era el Zidane de la construcción en esos momentos. Y Floro va y le ofrece el 25% de una empresa que era Ocisa, que Floro había comprado por una peseta, ¡y le convence! Ese momento fue clave en la carrera de Florentino'.

Julio Roa tuvo que dimitir en 1992 al verse inculpado en un caso de comisiones ilegales para financiar al PSOE. Y Florentino Pérez coge el timón en Ocisa, la empresa de Roa.Hombre práctico, siempre con frases del tipo 'el tiempo hay que perderlo en encontrarlo', 'divide el tiempo en tiempo ganado y tiempo perdido', 'no puedo perder el tiempo en algo que ya ha pasado'. Florentino siempre consiguió reponerse tras los pocos fracasos de su vida: el de las primeras elecciones al Real Madrid y el de la operación reformista, con Miquel Roca al frente.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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