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Reportaje:

El pop británico lanza un SOS

Blair apoya una 'embajada' musical en EE UU para salir de la crisis

Ha saltado la alarma en el pop británico. Sus artistas se han visto este mes desplazados por primera vez desde 1963 de las listas norteamericanas de grandes éxitos. Entre las 100 canciones más vendidas en EE UU ninguna viene firmada por un artista del Reino Unido. La crisis de la industria discográfica británica acusa este retroceso de forma angustiosa. En un mercado que mueve anualmente 10.000 millones de dólares, el Reino Unido sólo se beneficia de un 0,2%, mientras que en 1986 se quedaba con el 32% del pastel.

La apatía del público estadounidense ha sentado como una humillante bofetada a este lado del Atlántico. Es la primera vez en cuatro décadas que los ingleses fallan tan estrepitosamente en este sector creativo que están acostumbrados a liderar. El grupo Caravelles abrió la senda al conquistar América con You don't have to be baby to cry, en 1963. Poco después llegaron los Beatles, con sus 32 superventas y montañas de seguidores estadounidenses. Desde entonces, de cada generación han surgido artistas y bandas capaces de brillar tanto en terreno propio como en el vasto territorio de EE UU.

Por primera vez desde 1963 ningún artista británico tiene un disco entre los 100 más vendidos en EE UU
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Hasta que nació el brit-pop. Oasis, Blur y Pulp dominaron las listas británicas a mediados de los noventa, pero no consiguieron reproducir la misma histeria colectiva entre el público americano. 'El rock británico perdió la voluntad de enfrentarse al presente o de relacionarse con el mundo exterior. Para muchos norteamericanos, vuestras queridas bandas brit-pop sonaban como una especie de tribalismo del primer mundo. Se enfrascaron en recrear glorias del pasado, desde los Beatles a Bowie, al tiempo que las abundantes referencias locales casi levantaron una barrera en el idioma', ha comentado el crítico de The New York Times Jon Pareles, intentado buscar las causas de la crisis musical británica.

La industria, por lo pronto, ha comenzado a contraatacar y se dispone a abrir una embajada musical en EE UU. La iniciativa cuenta con el apoyo del Gobierno de Tony Blair, aunque los detalles de su financiación aún no se han concretado. 'Queremos establecer una oficina en Nueva York con gente especializada para ayudar a promocionar a nuestros artistas', confirmó ayer Sam Shemtob, de la Asociación de Música Independiente.

La asociación ha preparado un informe sobre el deterioro de la industria del pop y del rock en el mercado estadounidense. El informe se publicará hoy, pero muchas de sus conclusiones y sugerencias cuentan de antemano con el respaldo del Ejecutivo laborista.

Shemtob advierte de que el mercado estadounidense es, detrás de Pakistán, el más nacionalista de mundo. 'El 92% del mercado esá cubierto por grupos y artistas locales. A esto hay que añadir el incremento en los costes de promoción y la excesiva fragmentación del comercio. Conseguir que una canción se pinche en una emisora de radio cuesta medio millón de dólares', señala el responsable de la Asociación de Música Independiente.

Con la embajada musical, cuya sede está prevista en Nueva York, la industria británica confía en hacer frente a los obstáculos, coordinar campañas de promoción y proveer información especializada a todos los grupos y artistas británicos que deseen saltar el charco.

La apertura de la oficina difícilmente solucionará la raíz del problema. El brit-pop pecó por su regionalismo y sus sucesores destacan por un sonido quejica y apagado que sólo parece convencer a su propio público. Shemtob reconoce que la pérdida de mercado se debe en parte a la ausencia de talento británico en rap, hip hop y rymth&blues, los motores creativos y comerciales de la música estadounidense.

En el Reino Unido, la energía parte de la música dance, que rara vez salta de la pista de baile a cosechar éxitos discográficos continuados. El futuro parece desviarse del pop y rock tradicionales y orientarse hacia la fusión del sonido autóctono con la música de otras culturas. Si antaño los Beatles y los Rolling Stones heredaron la música negra hasta convertirla en suya, ahora les llega el turno a las minorías británicas, particularmente a las asiáticas.

Oasis, el grupo abanderado del <b></b><i>brit-pop.</i>
Oasis, el grupo abanderado del brit-pop.CARLES RIBAS

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