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Reportaje:

La Moncloa pasa por Madrid

El PSOE medirá en las municipales y autonómicas de la capital, el próximo año, su fuerza real para volver a gobernar

Patricia Ortega Dolz

Ella vino al mundo un 4 de junio de 1962 en Málaga y un 1 de julio, cuatro años más tarde, nació él, en Alemania. Ella Trinidad, por su madre, y Jiménez por su padre. Él, Rafael por su padre y Simancas también por su padre. Ella, la tercera de nueve hermanos de la eminente familia de jueces y fiscales Jiménez-Villarejo; él, uno de los dos hijos de una pareja de emigrantes cordobeses que, huyendo de la miseria, llegaron a Dortmunt (Alemania) para trabajar como soldadores en empresas siderúrgicas. Un reto ha unido sus vidas y les ha convertido en pareja de moda: han sido recientemente elegidos por los socialistas madrileños para librar una de las batallas políticas más trascendentes, la de Madrid.

Desde 1979, los socialistas nunca han gobernado Madrid sin la ayuda del PCE o IU
Trinidad Jiménez y Rafael Simancas son la baza renovadora de la nueva ejecutiva

Será el 25 de mayo del año que viene, en las próximas elecciones municipales y autonómicas, cuando el PSOE medirá sus fuerzas, porque La Moncloa pasa por Madrid. Ella, aspira a ocupar la alcaldía que durante 12 años habrá ostentado José María Álvarez del Manzano, a la sazón su rival más probable, aunque se barajan otros nombres como los de Esperanza Aguirre (presidenta del Senado) o Mercedes de la Merced (primera teniente de alcalde). Él se batirá, probablemente, con Alberto Ruiz-Gallardón por la presidencia de la Comunidad, aunque él tampoco es aún el candidato oficial del PP.

Su juventud y su falta de experiencia en las altas cotas de poder -ella pertenece a la Ejecutiva del PSOE y es responsable de la Secretaría de Internacional desde el 35º Congreso, en el que José Luis Rodríguez Zapatero se alzó como líder del partido; y él es, desde hace 18 meses, secretario general de la Federación Socialista Madrileña (FSM)- no han impedido que fueran proclamados candidatos frente a pesos pesados como Joaquín Leguina, en el caso de Trinidad Jiménez, o frente a otros importantes miembros de la familia guerrista como José Acosta o Pedro Sabando, en el caso de Simancas. 'No se les puede pedir experiencia si no se les ha dado la posibilidad de tenerla', comenta el propio Joaquín Leguina, ex presidente de la Comunidad de Madrid, que asegura que hablará de los retos a afrontar con Simancas y que le desea lo mejor a Jiménez. Pero, la pregunta es: ¿por qué ellos?

'Porque Madrid necesita una gran humanización de la vida urbana y proyección en el mundo como una referencia básica', dice Zapatero refiriéndose a la que ya se conoce como 'su candidata'. Porque, pese a la insistencia de Trinidad Jiménez en que ella es la candidata de los 15.000 militantes de la FSM, lo cierto es que la propuesta vino desde arriba y que eso no gustó mucho a los socialistas madrileños, que inicialmente lo vivieron como una imposición para evitar las primarias.

Y ahí es donde entra Rafael Simancas, el Pacificador: 'Representa el movimiento transversal que muchos veníamos pidiendo, más allá de las guerras internas entre familias', cuenta el alcalde de Villalba, José Pablo González, compañero de facultad, primero, y de la FSM, después. 'Ha conseguido convencernos de que, por encima de todo, el partido tenía que poder ganar las elecciones y recuperar el poder y que, para conseguirlo, él y Trinidad eran las mejores opciones sin necesidad de primarias. La FSM ya mira hacia afuera', dice.

Aunque aún queda un año, los candidatos ya están en precampaña y han empezado a compartir actos, reuniones y ruedas de prensa. El tándem Jiménez-Simancas tiene peculiares características, muchas de ellas explicables por sus propias trayectorias vitales.

Ella: 'Fue una niña feliz. Con muchos amigos, porque era una chica muy extrovertida', recuerda su madre, que tras criar a nueve hijos, se puso a estudiar Trabajo Social con más de 40 años, sacó su oposición y ahora trabaja en un centro penitenciario. 'Siendo adolescente me acompañó y participó, megáfono en mano, en las campañas políticas de las primeras elecciones de 1977', recuerda su padre, el magistrado emérito del Tribunal Supremo José Jiménez-Villarejo. 'Desde primero de carrera manifestó rasgos de liderazgo: delegada de curso y de facultad', agrega.

Él: 'Siempre fue un chico muy tímido. Había que sacarle las palabras con pinzas. Responsable, estudioso y muy adulto para su edad', recuerda Pilar, la madre de Rafael Simancas, que a sus 60 años, acude a un curso de alfabetización y se dedica a las tareas del hogar. 'A los 16 años, un día, ayudándome en la panadería que regentábamos en Leganés, me dijo que quería ser político. '!Pues muy bien¡', le dije yo, pero de dónde, a ver si ahora te vas a ir a la derecha', cuenta entre risas su padre, que tras verse obligado a cerrar el negocio 'porque abrieron un enorme centro comercial enfrente', volvió a su trabajo de soldador y actualmente trabaja como peón de albañil en una obra.

La una, por principios adquiridos, y el otro porque lo mamó y lo lleva en la sangre, Trinidad Jiménez y Rafael Simancas desembocaron en el PSOE a través de Juventudes Socialistas desde la facultad, pocos años más tarde.

Ella empezó Derecho en la facultad de Málaga, siguió en la de Sevilla y terminó en la Universidad Autónoma de Madrid, debido a los cambios de destino de su padre. 'Desde el primer momento empecé a trabajar en el comité de relaciones internacionales. No tenía inconveniente en viajar, al contrario', recuerda ahora Jiménez, desde su despacho en la Secretaría de Internacional de la sede del PSOE en Ferraz. Fue también presidenta de relaciones internacionales del Consejo de la Juventud de España, trabajó en una ONG latinoamericana que se dedicaba a hacer intercambios de jóvenes y, a continuación, trabajó en la Secretaría General de la Comisión Nacional del V Centenario, donde conoció a la difunta y mítica luchadora antifranquista Pina López Gay.

Él, que iba para médico, se matriculó en Ciencias Políticas en la Complutense, donde coincidió en el curso con la infanta Cristina para tranquilidad de su madre, y sacó la carrera a base de becas obtenidas con matrículas de honor en los cursos.

'Allí aprendí a ser socialista, tomé contacto con el partido a través de la Agrupación Socialista Universitaria (ASU), que presidí durante 12 años', recuerda Simancas en su despacho de portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid, donde viene trabajando desde hace siete años, tras formar parte durante años de la Secretaría de Formación del partido a petición de José Félix Tezanos: 'Ha llegado con discreción y constancia desde la base', señala este último.

Queda patente que tienen madera de líderes. Pero queda saber cuáles son las armas personales y políticas con las que van a afrontar la batalla por Madrid, donde, desde 1979, nunca han gobernado sin el apoyo del PCE o de IU.

Ella tiene en su aval sus dos años en la Ejecutiva del PSOE y un profundo conocimiento del aparato del partido y del mundo. Además, cuenta con un gran poder de seducción social: simpatía, espontaneidad, entusiasmo y capacidad de entusiasmar, sonrisa casi permanente... Su condición de mujer, la ha obligado a tener que demostrar su valía casi constantemente: 'Tengo que recordar que no me he caído de un guindo, como creen algunos. Llevo trabajando mucho tiempo para el partido', dice recordando su trabajo junto a Raimon Obiols en América Latina, después de vivir cinco años en África e Israel, durante su matrimonio con un diplomático del que se divorció más tarde.

Sin embargo, además de que se estrenará en eso de dar mítines, su empeño en tener respuestas para todo, su interés por mostrar solidez y conocimiento más allá de su simpatía, aunque ponen de relieve, su capacidad de trabajo, delatan sus puntos flacos: no puede pretender mostrar un conocimiento a fondo de Madrid en unos meses, más aún sin haber concluido con su actividad en la secretaría internacional, que la llevará esta misma semana de nuevo a Casablanca con Zapatero. Así, por ejemplo, a preguntas como '¿Conoces Las Barranquillas?', el mayor mercado de la droga de Madrid, respondía: 'La única barranquilla que conozco está en Colombia'.

A él le pasa justo lo contrario. Tiene un vasto conocimiento de la comunidad y, sobre todo, del municipio, pero le falta expresividad, le falta fuerza, impulso y presencia social. Su tranquilidad su tono, casi monótono, contrastan con su iniciativa, su fuerza de voluntad, su perseverancia y, según los que le conocen, 'su sentido común y capacidad de persuasión'.

Así, y empiezan a hacerlo de manera conjunta, pretenden hacer frente a cuestiones referentes a la comunidad madrileña que se han convertido en adalid de su ya precampaña electoral, como acabar con la inseguridad ciudadana, potenciar una mejor integración de los inmigrantes, dotar de recursos los servicios sociales, desde guarderías a residencias de ancianos o mejorar el tráfico y colocar a Madrid en la vanguardia de las capitales europeas.

Reconquistar Madrid es su objetivo; Zapatero muestra su total apoyo y pone en juego su principal rasgo distintivo: 'Estoy dispuesto a dejarme las cejas en el intento', dice. Ganas no les faltan. Serán los votantes los que decidan si eso es suficiente.

Rafael Simancas y Trinidad Jiménez, el pasado viernes en la Puerta de Alcalá, uno de los monumentos más emblemáticos de Madrid.
Rafael Simancas y Trinidad Jiménez, el pasado viernes en la Puerta de Alcalá, uno de los monumentos más emblemáticos de Madrid.RICARDO GUTIÉRREZ

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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