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Reportaje:Mundial 2002 | FÚTBOL

Prohibido, prohibido

La seguridad convierte la asistencia a los estadios en una odisea

Obsesionados por la seguridad y animados por su peculiar forma de concebir un espectáculo como el fútbol, coreanos y japoneses han elaborado unas normas de seguridad de obligado cumplimiento para espectadores y periodistas, que más bien parecen dirigidas al claustro de un convento de ursulinas. El Comité Organizador del Mundial ha publicado en seis idiomas un catecismo de 1.411 palabras que permitirá expulsar de un estadio a todo aquel que lo incumpla. Incluso al culpable se le podrían retirar las entradas para partidos posteriores. Estas son las principales y más pintorescas normas:

Sin paraguas ni bocadillos. Queda rigurosamente prohibido acceder a los estadios con bocadillos envueltos en paquetes de papel, botellas de cristal, botellas de plástico con el tapón puesto, latas y sustancias congeladas. Por supuesto, tampoco se podrán introducir piedras... y paraguas no plegables, pese a que en junio, en esta zona de Asia, azotan las lluvias monzónicas. Hasta el punto de que dos bancos japoneses, el Daiwa Bank y el Asahi Bank, han ofrecido a los establecimientos susceptibles de ser penalizados económicamente por los diluvios suscribir un seguro para cubrir pérdidas. Una de las ofertas propone una bonificación de 38.000 dólares si el nivel del agua alcanza una cuota determinada durante tres días seguidos.

Una cervecita por barba. Tras muchas discusiones, surcoreanos y japoneses han convenido que se permita el consumo de una cerveza por aficionado. Eso sí, nadie ha especificado cómo se evitará que alguien repita. Y, por supuesto, la oferta se limita a Budweiser, uno de los patrocinadores del Mundial. No hay alternativas. Además, sólo se podrá degustar la cerveza estadounidense noventa minutos antes del partido. Las bebidas se servirán en vasos de plástico o cartón. Los organizadores han propuesto a la FIFA que les permitan efectuar controles de alcoholemia dentro de los estadios y en los aledaños y retirar los boletos a quienes den positivo. La asociación internacional de fútbol se muestra reticente. Para estudiar los efectos del alcohol en los eventos deportivos los coreanos han consentido esta temporada el consumo de cerveza en los encuentros de béisbol, algo hasta entonces tajantemente prohibido por el Ministerio de Cultura y Turismo, aunque no fuera extraño ver a los aficionados locales refrescarse la garganta con el soju, su licor preferido.

Nada de papel higiénico. Las autoridades coreanas y japoneses son contrarias a la costumbre de numerosas aficiones de saludar a los equipos con el lanzamiento de rollos de papel higiénico o 'cualquier tipo de basura'. También se censuran los confetis y los silbatos, ya que 'entorpecen el juego'.

Cuidado con el vocabulario. Un motivo de expulsión del estadio será insultar a los árbitros, a los jugadores o al personal de seguridad. De acuerdo con el texto suscrito por el Comité Organizador queda 'prohibido intimidar, coaccionar, insultar o provocar'.

Tres horas antes en los campos. El Comité organizador 'recomienda' a todos los hinchas que acudan a los encuentros con tres horas de antelación, dado la multitud de controles que tendrán soportar. Todo el mundo será minuciosamente registrado. Durante el sorteo del Mundial, celebrado en la localidad surcoreana de Busan el pasado mes de diciembre, el secretario general de la FIFA, Michael Zen-Ruffinen ya advirtió de que 'será más difícil acceder a los estadios que entrar en los países'. Además, hay que tener en cuenta que en ciudades como Seúl, Incheon y Suwon, están fijados cortes de tráfico. Las vísperas y el día de los encuentros habrá limitaciones. Los coches sólo podrán circular uno de los dos días de acuerdo al número de matrícula, sea par o impar. En la capital surcoreana, con 10 millones de habitantes y 2,5 millones de vehículos, hay un alto grado de contaminación. En muchas sedes, además, las estaciones de ferrocarril se encuentran a una hora de los estadios, casi todos construidos a las afueras de las ciudades.

Todos sentados. Si algún espectador tiene la intención de ponerse de pie en una silla para aplaudir un gol o para adivinar la posición de un colega, tendrá que pensárselo dos veces, porque también estará rigurosamente prohibido.

Ni un pitillo. Al contrario de lo que ocurre con las firmas cerveceras, la FIFA no admite el patrocinio de los productores de tabaco desde 1986. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la FIFA ha decidido que el evento de Corea y Japón sea el primer Mundial de la historia en el que se vete rigurosamente el consumo de tabaco. Sólo se podrá fumar en reducidas áreas adecuadas para ello y jamás en las gradas o en los banquillos de los técnicos. En Japón, incluso, se ha prohibido la venta de tabaco en los estadios, en cinco de los cuales (Hokkaido, Ibaraki, Saitama, Kanagawa y Shizuoka) se retirarán durante el torneo las máquinas expendedoras. En este país, con 33 millones de fumadores, las presiones de la empresa Japan Tobacco, antiguo monopolio estatal en el que el Ministerio de Finanzas posee el 60%, impidieron en 2000 una campaña del Ministerio de Salud para reducir a la mitad el número de 'viciosos' durante una década.

Con la cara lavada. Además de vetar, como es lógico, todo tipo de armas o drogas, las autoridades no dejarán entrar a los recintos deportivos a todos aquellos seguidores que lleven el rostro cubierto con máscaras o la cara pintada con los colores de sus equipos. La medida, impuesta por la policía, pretende no obstaculizar la identificación videográfica de los hinchas en caso de alborotos.

Cinco minutos con la escoba. Entre las 'recomendaciones', que no obligaciones, lanzadas desde Corea figura que cada espectador dedique cinco minutos a limpiar su zona del recinto al finalizar el encuentro. Los surcoreanos están obsesionados con la limpieza, un reto lanzado por los japoneses, en cuyos estadios es común ver a los aficionados abandonar los partidos con una bolsita llena de basura en la mano. Desde el mes de abril alrededor de 600.000 voluntarios surcoreanos limpian calles, carreteras, bosques...

Un policía registra a un aficionado al entrar al campo de entrenamiento de la selección de Estados Unidos.
Un policía registra a un aficionado al entrar al campo de entrenamiento de la selección de Estados Unidos.ASSOCIATED PRESS

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