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Aznar responde a la huelga general con un 'decretazo'

La decisión del Gobierno pone en pie de guerra a sindicatos y oposición

El ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio, justificó la urgencia con la que ha actuado el Ejecutivo en la necesidad de 'evitar efectos perniciosos e inseguridad sobre el empleo y el mercado laboral'. 'No es bueno seguir con procesos abiertos y con expectativas que no contribuyan a la mejora de la contratación', añadió Aparicio en su comparecencia ante la prensa tras el Consejo de Ministros de ayer.

UGT y CC OO creen que el método empleado para aprobar la reforma es innecesario y evidencia que el Gobierno nunca tuvo voluntad de dialogar y que pensaba imponer su reforma desde el principio. El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, acusó a Aznar de 'provocar la fractura' con los sindicatos con su 'política antisocial y autoritaria'. El líder socialista anunció que replicará con medidas parlamentarias concretas a esa 'intolerable provocación'. Gaspar Llamazares, coordinador de IU, dijo que el decreto atenta contra los derechos sociales y llamó a 'la rebeldía de los ciudadanos'.

El texto aprobado ayer suaviza alguna medida, como los 50 kilómetros de distancia en los que un parado estará obligado a aceptar un empleo, que se han rebajado a 30. También fija una excepción para la propuesta de eliminar los salarios de tramitación (los que se pagan mientras la justicia falla un despido). Sólo los trabajadores que sean readmitidos por la empresa, una minoría de los casos, cobrarán esos salarios.

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