Pensar preguntando

Una cauta conclusión del pensamiento contemporáneo afirma que, más que intentar encontrar respuestas, la filosofía debe plantear correctamente las preguntas. Siguiendo implícitamente esa conclusión, he aquí tres revistas repletas de ideas, es decir, de preguntas. Con alguna respuesta.

Isegoría, que publica una nueva entrega bajo el lema Ética y sentimientos morales (con colaboraciones de Eugenio Trías, Olbeth Hansberg y Fernando Broncano, entre otros), reproduce una de las contestaciones más famosas de la historia de la filosofía: la de Immanuel Kant a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración? El artículo del pensador alemán apareció en la Revista Mensual de Berlín en 1784, en tiempos, todavía, de respuestas. Y con una bien contundente abrió Kant su texto: 'Ilustración significa el abandono por parte del hombre de una minoría de edad cuyo responsable es él mismo'. Por otro lado, esta revista de filosofía moral y política acaba de publicar un CD-Rom con los contenidos íntegros de sus primeros 21 números, los publicados entre 1990 y 1999. Diez años de filosofía que caben en la palma de una mano y con un útil sistema de búsqueda por temas, autores, críticos o texto libre.

Por su parte, a los vasos comunicantes que se establecen entre la filosofía y la literatura dedica su espléndido número 50 Archipiélago, que además publica un índice de todos sus números. Amén de la pregunta -¿relaciones amistosas?- que sirve para debatir sobre la 'escritura que cuenta' y 'la escritura que analiza', la revista barcelonesa está atravesada por otros interrogantes: ¿es la República una obra de ficción o de filosofía? (Ignacio Gómez de Liaño), ¿existe un pensamiento novelesco? (José María Guelbenzu), ¿cuáles son las cinco máscaras del escritor? (Rafael Argullol), ¿cómo es que son tan tristes la filosofía y la literatura? (Agustín García Calvo). Éstas son algunas de las preguntas que alberga un número que cuenta además con colaboraciones antológicas de José Luis Pardo, Félix de Azúa, Eugenio Trías, Fernando Savater y Belén Gopegui, y que se completa con una amplia entrevista a Harold Bloom.

Finalmente, El Noticiero de las Ideas, que también alterna el pensamiento y la literatura (publica poemas de Vicente Gallego), da cabida a una pregunta recurrente en las últimas décadas: ¿qué es España? Es decir, una versión de otras dos preguntas: ¿existe España? ¿a alguien le interesa que exista? ¿cómo debería ser? A la busca de una respuesta se afanan en un debate Gabriel Elorriaga, secretario de Estado de Organización Territorial, y J. Fernando López Aguilar, miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE. En diversos artículos hacen lo propio los economistas J. Luis García Delgado y Juan Carlos Jiménez (La España desigual) y el historiador José Álvarez Junco (La identidad de España). A Luis Cernuda, que escribió sobre el tema español algunos de los poemas más demoledores de la literatura del siglo XX, le habría interesado leer un número como éste en el que, al hablar del autor de Invocaciones, Luis García Montero, uno de los poetas actuales que con mayor rigor han pensado el lugar contemporáneo de la poesía, responde con brillantez a otra pregunta: ¿cómo un poeta tan solitario y orgulloso de habitar en los márgenes puede ocupar hoy un lugar destacado en la corriente viva de la lírica? Lo dijo el propio Cernuda: el deseo es una pregunta cuya respuesta no existe, un mundo cuyo cielo no existe. Cabría añadir: pero un mundo.