Berlín Cabaret: humor, ilusionismo y 'drag queens'

Siempre ha tenido cierto toque trasgresor este retorcido cafetín situado en uno de los barrios más castizos de Madrid. Antes de llamarse Berlín Cabaret, nombre que ostenta desde hace 16 años, se llamaba Lola's Music Hall, y combinaba su función de local de espectáculos con la de restaurante.

Mucho antes, sin embargo, hacia mediados de los años sesenta y bajo la denominación de Juanita Banana, la bohemia izquierdosa, ácrata y trasgresora tuvo a este local como uno de sus templos conspiradores de reunión. Era una discoteca de ambiente muy especial -progres, meretrices, intelectuales, gays, rojos...- donde los marginados del régimen franquista trasnochaban en un ambiente decadente, pero lleno de glamour, sobrellevando el desencanto de vivir en un país entonces tan en blanco y negro.

El color llegó en los ochenta y, ya con el nombre actual, sobre su escenario empezaron a aparecer personajes como Pedro Reyes, Mariano Mariano o Las Virtudes, que, llegados de otros bares del foro, estaban acostumbrados al encuentro con el público en la distancia corta. Y es que el Berlín Cabaret tiene esa sensación de proximidad que da el tener la tarima de actuaciones tan en medio de la gente, pegado a una escalera de caracol que enlaza con los múltiples recovecos del lugar.

Con su color rojizo, sigue siendo uno de los sitios imprescindibles de los más noctámbulos, pues cuenta con actuaciones y performances a altas horas de la madrugada. Suele verse a menudo a Santi Rodríguez, el personaje que cada domingo sufre, en el televisivo programa de Manel Fuentes, las mil y una vejaciones. También a magos como Pepe Carroll, More o Jorge Blass, famoso por sus anuncios de Telefónica; o a Psicosis Gonzáles, acaso la drag queen más famosa de la noche madrileña.

Con una música que remacha en exceso los éxitos del momento, al Berlín Cabaret hay que acudir con disposición de pasarlo bien, actitud imprescindible para un lugar que acoge por igual a un pijo que a un intelectual de barrio.