El venezolano Alfredo del Mónaco gana el Premio Tomás Luis de Victoria
El galardón Yehudi Menuhin reconoce el trabajo de Colin Davis
Dos prestigiosos premios relacionados con el mundo de la música clásica se fallaron ayer. En São Paulo (Brasil), el venezolano Alfredo del Mónaco obtuvo el IV Premio Iberoamericano de la Música Tomás Luis de Victoria, el llamado Cervantes de la música. En Madrid, la junta de patronos de la Escuela Superior de Música Reina Sofía concedió el IV Premio Yehudi Menuhin al director británico sir Colin Davis.
El Tomás Luis de Victoria, que organiza la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), es el mayor reconocimiento para autores sinfónicos en vida en el ámbito latinoamericano, tanto por la altura del jurado como por su dotación económica, de 75.000 euros. Del Mónaco, de 64 años, era uno de los 23 finalistas, entre los que estaban los españoles Carmelo Alonso Bernaola, Antón García Abril, Joan Guinjoan, Cristóbal Halffter y Joaquín Homs i Oller.
El jurado alabó 'la originalidad e imaginación creativa' de Del Mónaco, así como 'la síntesis en su lenguaje de elementos de las culturas iberoamericanas, la maestría en el empleo del color y su capacidad para construir metáforas sonoras, y su vinculación con la gestión fundacional y la promoción cultural de su país'. El jurado, formado por la doctora Martha Lambertini (Argentina) y los maestros Henrique Morelenbaum (Brasil), Xavier Benguerel (España), Dieter Lehnhoff (Guatemala), Fernando Condón (Uruguay), Andrés Posada Saldarriaga (Colombia), y presidido por el peruano Celso Garrido-Lecca, último ganador del premio, se decantó por Del Mónaco después de haber deliberado durante los últimos seis días en São Paulo, donde se entregó el premio ayer por la noche, durante una ceremonia en la que la Orquesta Sinfónica del Estado de São Paulo (OSESP), dirigida por Roberto Minczuk, interpretó obras de Garrido-Lecca, Villa-Lobos, Mussorgski y Prokofiev. Poseen este galardón el cubano Harold Gramatges (1996), el catalán recientemente fallecido Xavier Montsalvatge (1998) y el mencionado Celso Garrido-Lecca (2000).
Alfredo del Mónaco ha combinado en su larga trayectoria como compositor un lenguaje decididamente innovador con un claro compromiso con el folclore venezolano, y ha destacado por su importante labor académica y docente, y por su firme compromiso en la defensa de los derechos de los autores en su país. Entre sus obras, merecen citarse Cromofonías I, primera pieza de música electrónica realizada en Venezuela; la composición para ocho voces La noche de las alegorías, o Tupac Amaru, compuesta en 1977 y considerada su obra más importante para orquesta.
También ayer, en Madrid, la junta de patronos de la Escuela Superior de Música Reina Sofía dio a conocer en el Teatro Real el fallo del Premio Yehudi Menuhin 2002, que recayó en el director británico Colin Davis, de 74 años. Este galardón reconoce la labor de compositores e intérpretes de cualquier país, que son a la vez maestros sobresalientes en la formación musical. El jurado premió a Colin Davis entre los 32 músicos propuestos, cuyas candidaturas fueron analizadas a finales de abril por una comisión de preselección presidida por Ramón González de Amezúa, director de la Real Academia de Bellas Artes.
Colin Davis es desde 1995 director principal de la Orquesta Sinfónica de Londres y director principal visitante de la Filarmónica de Nueva York y honorario de la Dresden Staatskapelle.
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