Turbulencias en la selección
Lorenzana, el preparador físico, planteó a Camacho su renuncia tras su roce con Raúl en un entrenamiento
España no ha entrado con buen pie en Corea del Sur. Y no sólo por la mala pata perfumada de Cañizares. Un día en Ulsan, la ciudad de la concentración del equipo de José Antonio Camacho, y ya ha estallado el primer conflicto. Ayer se supo que el pasado domingo, el día antes de la partida, Carlos Lorenzana, el preparador físico de la selección, quiso dimitir tras un roce con Raúl en un entrenamiento en Jerez.
'Empieza a correr, que hace rato que tenías que haber salido', espetó el asistente de Camacho al jugador del Madrid en el último ensayo jerezano. Y Raúl le enseñó el colmillo: 'No seas pesado, que me estoy tomando las pulsaciones'. Lorenzana, al que su mostacho distingue como un sargento de hierro, le replicó: 'Oye, respétame, porque yo a ti te respeto'. Poco después repitió la misma cantinela al delantero madridista ante su indiferencia, resacoso aún tras las serpentinas de la Novena.
El incidente, que, a simple vista, pareció un ligero roce, desembocó en un intento de dimisión de Lorenzana, quien se reunió con Camacho para expresar su disposición a no viajar a Corea del Sur con un clima semejante. El arrebato del preparador físico, según publicó el portal Terra, fue aplacado por su esposa y el propio Camacho.
Ayer, en rueda de prensa, Lorenzana, sabedor del porqué había sido reclamado por los periodistas, se negó una y otra vez a corroborar o desmentir su intento de renuncia. Pero de nada le sirvió apelar a su deseo de comentar a la prensa sólo cuestiones profesionales. Así que, al menos, deslizó algunas pistas. 'Tuve un calentón y ya está todo zanjado y olvidado. Mantuve una conversación privada con Camacho que no pienso revelar', sostuvo, y luego subrayó: 'Yo animo al que lo hace bien y recrimino al que lo hace mal. Mi obligación es cuidar la motivación y trabajo igual con todos, independientemente de la camiseta que lleven'.
Lorenzana también esquivó varias preguntas referidas a sus supuestas nulas relaciones con Raúl. 'No estoy aquí para crear problemas a nadie', dijo. Después contestó con un lacónico 'no lo sé' al ser preguntado si creía que, tras el incidente, se había ganado el respeto del delantero blanco. Ayer, antes del calentamiento, Camacho reunió en el centro del campo a Hierro y Lorenzana. Luego, algunas órdenes que habitualmente daba el preparador, las dio directamente él.
El pulso entre el preparador físico y Raúl se ha producido justamente cuando Camacho ha decidido dar un vuelco a algunas cuestiones que atañen, de alguna manera, a Lorenzana. Para este torneo, por ejemplo, el seleccionador ha permitido que aquellos futbolistas que lo deseen puedan tener a su lado a sus fisioterapeutas particulares. Es el caso de Pedro Chueca, el ángel de la guarda de Raúl y Hierro, o de Juan Ángel Ballesteros, el fisio de cabecera de los valencianistas. Al mismo tiempo, Miguel Gutiérrez, fisioterapeuta de la selección desde 1990, ha tenido un traslado realmente inaudito: se aloja en el hotel de los periodistas, a más de media hora del de la selección, para atender a los representantes de los medios si éstos lo requieren. Gutiérrez ya no estuvo en los dos últimos partidos amistosos, en Belfast y Rot-terdam.
Lorenzana, que trabaja en la selección desde el primer día que se incorporó Camacho, en octubre de 1998, lleva mucho tiempo ligado al seleccionador, con el que ya estuvo en el Rayo, el Espanyol y el Sevilla. Un vínculo precisamente que resultó clave en el frustrado fichaje de Camacho por el Madrid. En junio de 1998, 22 días después de haberse comprometido con Lorenzo Sanz, Camacho le dio un portazo tras no aceptar el club las condiciones de contratación de Carcelén y Lorenzana.
Camacho se despidió del Bernabéu y Lorenzana se hizo cargo de la preparación física de Yugoslavia durante el Mundial de Francia. Curiosamente, dos años después, en la concentración de El Saler (Valencia) previa a la Eurocopa de 2000, a los pocos días de la final de la Liga de Campeones entre el Madrid y el Valencia, Lorenzana afirmó: 'Es evidente que los cinco jugadores del Madrid encajarán de mejor agrado, al menos de inicio, cualquier paliza física que reciban porque, después de ganar un Copa de Europa, la euforia te permite encajar todo mejor sin que el cuerpo se resienta'.
En Jerez también había una Copa de Europa de por medio, pero está claro que no fue así. A Lorenzana le falló su psicología o los tiempos han cambiado mucho desde que Camacho proclamara en Rotterdam, hace unos meses, que 'Raúl ya está preparado para tirar del carro'.
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