_
_
_
_
Crítica:JUEGOS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El rey del mundo

El jugador se convierte en mandatario para fundar una civilización que se imponga por encima de las demás

Sid Meier se ha ganado una merecida fama por idear un tipo de videojuego cuyo escenario es el mundo, sus actores la humanidad y el guión es la historia que el jugador puede volver a escribir tantas veces como desee. La saga Civilization tiene millones de seguidores en todo el mundo desde su lanzamiento en 1991. Es juego de estrategia por turnos no apto para amantes de lo sencillo que tiene tanto gancho como lo pueda tener el ajedrez, en el que cada partida es distinta y donde existen tantas tácticas para ganar que una vida es insuficiente para practicarlas todas.

Lo que hace que Civilization sea tan atractivo es que utiliza las reglas de la vida misma. Las mismas leyes que han permitido la coexistencia de distintas culturas y países, pero también los mismos odios y fanatismos que han acabado con tantos pueblos. Además, al jugarse por turnos sin límite de tiempo, permite tomarse las partidas con tranquilidad, midiendo cada movimiento antes de darlo por bueno. De esta forma se impone un uso de la mente por encima de la agilidad y velocidad de reflejos.

'Civilization III'

Desarrolla: Firaxis Distribuye: Infogrames Plataforma: Windows Género: Estrategia Recomendado: Todos los públicos Precio: 48 euros Internet: www.civ3.com

El objetivo es crear una civilización que se imponga por encima de las demás, ya sea por la extensión de los terrenos, por dominación militar, por superioridad cultural o por el triunfo de la diplomacia. Existen otras formas de ganar, como conseguir enviar una nave tripulada a Alfa Centauri con fines colonialistas. La gracia es que todo comienza varios miles de años antes del nacimiento de Cristo y se dispone hasta 2050 d.C. para conseguir la victoria.

La partida empieza con un trabajador y un colono. El primer paso es crear una ciudad fundacional. Debe tener fuentes ricas en recursos como ríos y prados. Una vez se le ha dado nombre a la ciudad empieza la producción de guerreros, colonos y más trabajadores. Esto lleva unos cuantos turnos y entretanto el ordenador va haciendo prosperar por su cuenta a otras civilizaciones.

Cuando se tienen colonos y guerreros se les lleva a viajar unas cuantas casillas, cinco o seis, en turnos que pueden representar varios años, para fundar una nueva ciudad. Para propiciar el comercio entre núcleos urbanos se debe ordenar a los trabajadores que construyan caminos, que además permitirán desplazarlos en un menor número de turnos entre dos puntos del mapa.

Mientras esta frenética actividad colonizadora no cesa, se debe prestar atención a los consejeros. Son sabios de la tribu que reclamarán estudiar la forja del bronce en el caso de los científicos, reforzar los ejércitos si son los militares o construir un templo si se trata del consejero cultural. La combinación correcta de los agentes es la que lleva al éxito.

El factor suerte afecta, aunque poco, en el desarrollo de la partida. Al principio es posible que una tribu recién descubierta decida unirse a la civilización, cediendo a sus guerreros y su asentamiento. Sin embargo, más adelante, el paso por un territorio con cuya civilización no se poseen tratados de libre circulación puede incluso desembocar en un conflicto armado.

Las novedades en esta tercera entrega son imperceptibles a simple vista, pues se centran en retocar las reglas, en quitar esta unidad y añadir esta otra para equilibrar el juego y ofrecer una experiencia más satisfactoria. Gráficamente lo más apreciable ha sido la sustitución de los engorrosos menús por unos botones mucho más intuitivos y la inclusión de una barra de vida a las unidades en lugar de los confusos escudos. Pero, a pesar de las mejoras, hay un factor, el de las partidas en línea, que no se ha incluido y que previsiblemente aparecerá en un disco de expansión por el que habrá que pagar, hecho que ha enfurecido a los seguidores. La traducción de todo el juego como del extenso manual de 230 páginas ayudan a la comprensión de este juego tan amplio.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_