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La izquierda tilda de esquizofrénico el doble voto de CiU a la Ley de Partidos

El PP suaviza sus críticas, aunque lo considera un 'grave error'

Únicamente los dirigentes de CiU dicen entender su pirueta parlamentaria sobre la Ley de Partidos: rechazarla en una primera votación con el PNV para aprobarla después junto al PP y el PSOE. Para el resto de formaciones políticas tan extravagante decisión tan sólo merece el calificativo de 'esquizofrénica' -así la definió la izquierda- y de 'grave error' y 'enorme equivocación' para el Partido Popular.

CiU ha conseguido aunar criterios de todos los grupos en su contra después de que la ejecutiva de la federación 'clarificara' el miércoles su voto respecto a la Ley de Partidos. Hoy jueves en el Congreso, los nacionalistas catalanes se aliarán con el PNV para votar a favor de una enmienda a la totalidad, lo que supone, en la práctica, rechazar la ley. Después, tras la introducción de las enmiendas pactadas con PP y PSOE, Convergència i Unió variará su voto y apoyará la ley pero lo hará, según precisó el portavoz en el Congreso, Xavier Trias, 'no con entusiasmo'.

Lo que para CiU es una actitud congruente, para la totalidad de la izquierda es el fiel reflejo de una posición 'esquizofrénica' y testimonio de que el partido de Jordi Pujol es la 'criada disciplinada' de José María Aznar.

Joaquim Nadal, portavoz de los socialistas catalanes, denunció el 'doble y triple lenguaje' de los nacionalistas: uno para Cataluña, otro para España y otro para el País Vasco. Y para Nadal, pretender quedar bien con todos, en el mundo de los negocios es aceptable pero en política 'es un desastre'.

Desde Esquerra Republicana, Joan Ridao lamentó el 'camaleonismo político y la esquizofrenia insólita' que demuestra el voto de CiU ya que 'no se puede votar una ley y una enmienda a la totalidad para no incomodar o quedar mal con sus aliados'. Joan Boada, de Iniciativa per Catalunya, tachó a CiU de 'monaguillos del PP'.

Los dirigentes del PP evitaron ser tan contundentes en sus críticas a CiU. No en vano, tienen su compromiso de que apoyarán al final la Ley de Partidos. El vicepresidente del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, dijo que la 'estrategia de CiU produce confusión' y les animó a 'explicar a su electorado y al resto de la opinión pública esta decisión'. El miércoles, el secretario general de la federación nacionalista, Josep Antoni Duran Lleida, ya admitió que deberán hacer un 'esfuerzo' suplementario para explicarse.

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En la misma línea se expresó el presidente del PP catalán, Alberto Fernández, quien dijo que CiU es 'víctima de sus complejos nacionalistas'.

A los dirigentes de CiU tan sólo les apareció ayer un aliado: el Partido Nacionalista Vasco. Su portavoz en el Congreso, Iñaki Anasagasti, aunque reconoció que entre ambos partidos 'ha habido chispazos' en los últimos días, aseguró que se están haciendo 'especiales esfuerzos para que no se rompa' la relación.

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