Prácticas españolas
Ni Tony Blair ni José María Aznar tenían ganas de decir gran cosa sobre Gibraltar. (...) La cuestión es sumamente incómoda. Ambos deseaban cimentar los lazos entre Londres y Madrid, que tienen muchas cosas en común en su enfoque de la Unión Europea, y tratan de reforzar una alianza informal. (...) Y ambos preferirían dejar que se enfriaran los ánimos caldeados en lugar de cumplir el plazo para alcanzar un acuerdo, artificialmente fijado para el verano (...).
Un rechazo abrumador en un referéndum en Gibraltar enconaría tanto la atmósfera que sería difícil recomponer las negociaciones. (...) Straw pareció reconocer esto ayer al proponer un 'periodo de deliberación' antes de alcanzar un acuerdo marco y someterlo a votación. (...)
En estos momentos, las dos cuestiones inmediatas son: ¿dónde deja esto las negociaciones angloespañolas? ¿Se ha puesto en ridículo el Gobierno al hablar prematuramente de un acuerdo para el verano? Una resolución tan rápida de una disputa que ha durado casi 300 años podría parecer ingenua. Pero era un acierto buscar un marco duradero para acabar con una perturbación fronteriza que ha tenido importantes repercusiones dentro de la Unión Europea, especialmente en cuestiones sin relación con ella, como los intentos de liberalizar el tráfico aéreo. También era acertado buscar un acuerdo permanente: ni el Reino Unido ni Gibraltar desean una solución provisional, que se abandonaría en una fecha sin determinar, una vez que España asumiera el control único y total. (...)
Londres, 21 de mayo
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