Silverio Cañada,editor
El editor asturiano Silverio Cañada, creador de Ediciones Júcar y de la Gran enciclopedia asturiana y Gran enciclopedia gallega, entre otros sellos, falleció el domingo en el hospital Central de Asturias a los 64 años.
Hijo de un pequeño empresario de Gijón, Silverio Cañada Acebal se apartó de los negocios familiares para emprender su propia trayectoria como editor siguiendo una definida inclinación hacia los libros y la literatura. Con una acusada intuición empresarial y espíritu de riesgo e innovación, creó en 1967 Ediciones Júcar, que iba a alcanzar prestigio en los sectores culturales del país por sus colecciones de poesía y la emblemática serie Los juglares, dedicada a los cantautores, a las que luego sumaría otras tendencias literarias, como la colección Etiqueta Negra, de novela policiaca, y el ensayo, con libros políticos y la afamada serie de antropología. Pero su mayor éxito empresarial fue la Gran enciclopedia asturiana, una magna obra, pionera en su género en España, de la que fue uno de sus tres artífices y que, comercializada en origen en fascículos coleccionables, ha llegado a sumar 21 tomos desde su aparición en 1970 y sucesivas reediciones.
Pese a tratarse de una obra de consulta, a modo de compendio de todos los saberes sobre la comunidad autónoma -para lo que congregó a la mayor parte de la intelectualidad regional entre una amplia nómina de colaboradores-, la Gran enciclopedia asturiana fue un éxito de ventas y que llevó a Cañada a emprender proyectos análogos en Galicia, primero, y en otras comunidades después. La Enciclopedia temática de Asturias y la Historia general de Asturias fueron otros proyectos ambiciosos, que lo consolidaron como el más importante editor de la región, con más de 2.000 títulos en su haber.
Cañada, que hubo de afrontar hace una década una grave crisis económica a causa de una fallida iniciativa empresarial en el ámbito de la construcción, mantuvo en los últimos años tanto las colecciones de temática asturianista como una gran profusión de guías turísticas y culturales, y la concepción de obras singulares, a modo de diccionarios temáticos. Viudo y padre de tres hijos, Cañada fue un personaje señero de la vida gijonesa. Pero quizá su mayor mérito haya sido su capacidad para conectar y aglutinar en su entorno a la más diversa y heterogénea representación de la vida cultural asturiana y de cuantos intelectuales por una u otra circunstancia radicaron, siquiera temporalmente, en la comunidad.
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