Líneas exquisitas
La nueva superdeportiva de Ducati estrena motor y ofrece un comportamiento envidiable
MUCHOS AFICIONADOS a las motos deportivas pensarán que la 998 es como la anterior 996, pero con dos centímetros cúbicos más y pequeños retoques. Nada más lejos de la realidad. Massimo Tamburini, uno de los mejores diseñadores de motos de la historia, desarrolló en 1994 un proyecto que se adelantó a su tiempo: la 916. En los ocho años siguientes esta Ducati acumuló triunfos mientras evolucionaba sin grandes cambios: 916 S, 916 SP, 996... Pero técnicamente el motor bicilíndrico en V a 90º, procedente de las 851 de 1988, había llegado a su techo y Ducati necesitaba un nuevo propulsor para mantener su competitividad. Así nació el de la 998.
Estéticamente, la 998 conserva las líneas maestras de la 916 de Tamburini, referencia entre las deportivas puras. Tiene un precio elevado, 16.178 euros, porque las Ducati de gama alta son siempre caras. Pero gracias al éxito de ventas, que ha permitido aumentar la producción, cuesta lo mismo desde hace cuatro años, mientras que sus rivales japonesas han subido un 20%. Y tanto la calidad de componentes como su exquisita elaboración justifican los precios.
- SÓLO PARA SIBARITAS
El nuevo motor se llama Testastretta por el tamaño reducido de sus culatas. Sigue siendo un bicilíndrico en V a 90º, pero con todo nuevo: cárteres, culatas, bielas de titanio, pistones... y una inyección derivada de la competición. Rinde 123 CV, que no son muchos para sus posibilidades, pero deja obsoleto al anterior porque ofrece más potencia con menos esfuerzo: suena y vibra mucho menos, y tiene un tacto y una elasticidad incomparables. Ducati ha mantenido el chasis multitubular de acero, de gran rigidez y estabilidad, pero con elementos de máxima calidad: horquilla Showa, amortiguador trasero Öhlins, llantas Marchesini, frenos Brembo...
- SUPERDEPORTIVA DE VERDAD
El resultado es una moto muy lograda. La 998 resulta bastante más dócil que sus antecesoras, pero conserva la esencia de las deportivas puras. El motor responde desde 2.000 a 10.000 vueltas con una limpieza y poderío envidiables. Y su comportamiento no defraudará a nadie porque hace todo muy bien: frena mucho, tumba con confianza, acelera con contundencia y alcanza 270 km/h. Además, es mucho más agradable y eficaz en cualquier situación, incluso en ciudad o conducción turística, algo poco habitual en superdeportivas bicilíndricas de alta cilindrada. Y convierte la conducción en una experiencia inolvidable.
- SÓLO PARA SIBARITAS
El nuevo motor se llama Testastretta por el tamaño reducido de sus culatas. Sigue siendo un bicilíndrico en V a 90º, pero con todo nuevo: cárteres, culatas, bielas de titanio, pistones... y una inyección derivada de la competición. Rinde 123 CV, que no son muchos para sus posibilidades, pero deja obsoleto al anterior porque ofrece más potencia con menos esfuerzo: suena y vibra mucho menos, y tiene un tacto y una elasticidad incomparables. Ducati ha mantenido el chasis multitubular de acero, de gran rigidez y estabilidad, pero con elementos de máxima calidad: horquilla Showa, amortiguador trasero Öhlins, llantas Marchesini, frenos Brembo...
- SUPERDEPORTIVA DE VERDAD
El resultado es una moto muy lograda. La 998 resulta bastante más dócil que sus antecesoras, pero conserva la esencia de las deportivas puras. El motor responde desde 2.000 a 10.000 vueltas con una limpieza y poderío envidiables. Y su comportamiento no defraudará a nadie porque hace todo muy bien: frena mucho, tumba con confianza, acelera con contundencia y alcanza 270 km/h. Además, es mucho más agradable y eficaz en cualquier situación, incluso en ciudad o conducción turística, algo poco habitual en superdeportivas bicilíndricas de alta cilindrada. Y convierte la conducción en una experiencia inolvidable.
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