El CREA de Almería recuperó 360 ejemplares de tortuga mora el pasado año

El Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA) de Almería, recuperó el pasado año 630 ejemplares de reptiles, mamíferos y aves. El principal incremento de asistencias a ejemplares en peligro se registró con las tortugas mora. El pasado año atendieron a 360 ejemplares, el doble que en años anteriores.

Según el delegado provincial de Medio Ambiente, Juan José Luque, ese incremento de ingresos en el CREA de tortugas mora, se debió, principalmente, a la concienciación de los ciudadanos que tenían tortugas moras en sus domicilios y que decidieron entregarlas al centro de recuperación tras conocer, a través de campañas informativas, que se trataba de frágiles especies catalogadas como amenazadas.

El CREA Las Almohallas, ubicado en la comarca de Los Vélez, al norte de la provincia almeriense, se hizo cargo el pasado año de una gran cantidad de tortugas mora que habían sido víctimas del comercio ilegal de animales. Después de tratarlos en el centro los enviaron a Marruecos, país del que eran originarias las tortugas.

Heridas

En cuanto a las causas de ingreso de especies en el centro, un dato positivo es el descenso de ejemplares que llegan con heridas de armas de fuego o con heridas por atropellos.

La mayoría de los ingresos de especies, al igual que en años anteriores, se registraron a partir de la segunda mitad del año. De hecho, en esa época se produjo el 80% de los ingresos de especies amenazadas que precisaban atención para poder ser recuperadas e introducidas posteriormente en su hábitat natural. Después de los reptiles, las aves conformaron el protagonismo: el centro llegó a tener 218 ingresos de aves pertenecientes a 59 especies distintas. Uno de los datos más curiosos es la procedencia geográfica de las especies amenazadas que fueron atendidas en este centro. En su mayoría procedían de municipios de la zona del Poniente almeriense, como Roquetas de Mar o El Ejido.

Juan José Luque destacó en el balance de actividades del CREA la colaboración de las personas que decidieron entregar al centro las especies que tenían en sus casas, especialmente las tortugas mora, una decisión que se vio incrementada después de que una sentencia judicial dictada en Barcelona condenara a unos propietarios particulares por tener en su domicilio tortugas moras.