El número de familias formadas por un hombre y sus hijos aumenta el 52% en cinco años
Uno de cada 10 niños catalanes vive con uno solo de sus progenitores
El número de familias monoparentales se ha disparado desde la década de los noventa en Cataluña. Uno de cada 10 niños catalanes vive con uno solo de sus progenitores y la cifra de hombres solos con hijos a su cargo ha aumentado el 52%, cifras que denotan la consolidación de un nuevo tipo de núcleos monoparentales 'más modernos'. Estos datos se recogen en el informe La familia en Cataluña a principios del siglo XXI, que revela que esta comunidad está viviendo una transformación acelerada de sus modelos familiares que 'la acerca cada vez más a Europa y la aparta del resto de España'.
En el informe han trabajado, por encargo del Departamento de Bienestar Social de la Generalitat, un equipo de 15 expertos coordinados por el sociólogo de la Universidad Autónoma de Barcelona Lluís Flaquer. En Cataluña, según el trabajo, se mantiene el predominio de la estructura tradicional de familia (pareja con hijos menores), pero cada vez hay más niños que nacen fuera del matrimonio (el 18,4% en 1999) y la cifra de familias monoparentales (madres o padres solos con hijos a su cargo) crece sin cesar desde la década de los noventa.
El aumento es especialmente espectacular en el caso de núcleos familiares formados por un hombre solo con hijos, una modalidad familiar que entre 1991 y 1996 ha crecido el 52% hasta alcanzar las 26.831 unidades. En el caso de las mujeres solas con menores a su cargo, el incremento ha sido del 19% (hasta llegar a los 156.185 núcleos), según se desprende del estudio, que ayer fue presentado por la consejera de Bienestar Social, Irene Rigau.
Las viudas siguen encabezando los núcleos monoparentales, pero según Lluís Flaquer las estadísticas indican un cambio de tendencia hacia formas 'más modernas' de monoparentalidad 'originadas por el incremento de los divorcios y las separaciones'.
Esta tendencia detectada en el estudio empuja a sus autores a reclamar la necesidad de reorientar las políticas de apoyo a la familia -en la actualidad excesivamente débiles, se recrimina en el informe- para cubrir las necesidades de los núcleos formados por un solo cónyuge con hijos, una modalidad familiar considerada especialmente frágil. Según los expertos, 'los hogares más propensos a caer en la pobreza son los monoparentales con hijos menores a cargo', además de las personas que viven solas, sobre todo si son jubiladas o viudas. El informe señala que el 9,4% de la población pobre en Cataluña vive en familias monoparentales y el 50% de las personas con escasos recursos forman parte de familias que se encuentran en la etapa de crianza de los hijos.
El peso de las familias monoparentales crece en parelelo a la progresiva incorporación de la mujer al mercado de trabajo. Este fenómeno se vive en Cataluña con mayor intensidad que en el resto de España: la tasa de ocupación de las mujeres de entre 25 y 29 años es del 78,5% (cifras del año 2000), 18,7 puntos superior a la media de España. Esta diferencia exige, según los autores del informe, unas políticas de conciliación de vida familiar y vida laboral 'diferenciadas de las del resto de España'.
El trabajo destaca otras tendencias que 'acercan a Cataluña cada vez más a Europa y la alejan de España'. Por ejemplo, en Cataluña es más acusado el incremento de las familias monoparentales: la media española de menores de 18 años que viven con uno solo de sus progenitores es de uno de cada 20, cuando en Cataluña es de uno de cada 10, proporción ésta similar a la media europea. La extensión de las familias también es un elemento diferenciador, ya que en Cataluña los núcleos familiares se han ido reduciendo hasta alcanzar una media de 2,9 integrantes, mientras que la media española es de 3,2. En la Unión Europea las familias están integradas por una media de 2,6 miembros. Cataluña es, además, junto a Aragón y Asturias, la comunidad con menos personas miembros de una familia numerosa (el 12% en Cataluña y el 19% de media en España).
Niños cuidados por abuelos
Pese a que en Cataluña la tasa de fecundidad ha empezado a recuperarse muy levemente, sigue situándose entre las más bajas del mundo. Paradójicamente, señalan los autores del estudio, los jóvenes reciben pocas ayudas para formar una familia y decidirse a tener hijos. La desprotección es especialmente acusada para las familias con hijos de hasta tres años. El déficit de guarderías y otros servicios dirigidos a esta franja de edad perjudica especialmente a las familias formadas por un solo progenitor con hijos a su cargo.
A falta de ayudas públicas, los padres catalanes recurren en gran medida a los abuelos para cuidar a los menores de tres años. El 19% de los niños de esta edad está bajo el cuidado de sus abuelos en horario laboral y en el 49% de los casos esta tarea la ejerce un canguro.
Las personas mayores son, por su parte, los grandes 'perjudicados' por la incorporación de la mujer al mercado laboral. Las familias han quedado desprovistas de 'cuidadores' para los ancianos, un sector de la población que es cada día más amplio. 'Una parte creciente de este servicio es prestado por inmigrantes que trabajan en la economía sumergida, pero las familias con escasos medios no siempre pueden acudir a estos recursos, lo que plantea un problema de equidad', señala el estudio.
Por otro lado se observa una tendencia a que los hijos sitúen sus domicilios cerca del de los padres, lo que estrecha 'los vínculos de solidaridad familiar'.
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