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UNIVERSIDAD DE MÁLAGA | Antídotos biológicos para la fruta | AULAS | INVESTIGACIÓN

La guerra del melón y el mango

Antes de que el mango o el melón esperen en los estantes de una frutería existe un tortuoso camino investigador para que estos y otros frutos lleguen en adecuado estado a los frigoríficos domésticos. En ello, en crear resistencias ante plagas y enfermedades, trabaja el departamento de Microbiología de la Universidad de Málaga (UMA).

Las indagaciones en torno al mango alcanzan ya diez años, mientras que el melón es tratado desde hace seis. 'La pócima mágica no existe', sentencia el profesor Antonio de Vicente, responsable de las investigaciones. El uso de productos químicos desciende por su falta de eficiencia y por el creciente respeto medioambiental. Por eso, desde hace años se incide en el control biológico: buscar bacterias que se alimenten de las que provocan las enfermedades (una especie de guerra entre insectos) o fortalecer las plantas para alargar su vida y que sean atacadas más tarde.

El departamento de Microbiología detectó hace años la pseudomonas syringae, una bacteria que provoca la necrosis apical del mango, conocida entre agricultores como mancha bacteriana. Localizaron la enfermedad en Portugal, Israel y España, sobre todo en Andalucía y Canarias. Hasta que sus características fueron detalladas en la UMA, se creía que era un mal propiciado por las heladas.

Ya descritas algunas características de la bacteria (cómo llega a la planta y cómo sobrevive), el equipo dirigido por De Vicente desarrolló un método que reduce el impacto de la necrosis apical: en primer lugar, se busca la producción de plantas de extrema limpieza para retardar el contagio y aumentar la vida del mango a dos años. También es cortada la raíz, donde se realiza un injerto que fortalece la planta y finalmente es colonizada con la bacteria que combate a la pseudomonas syringae. Pruebas realizadas en Huelva han logrado reducir la enfermedad en un 60% usando también lipoclorito (lejía), cambios de temperatura y harinas.

La enfermedad que sufre el melón es el oidio. Unas nuevas cepas del género bacillus aisladas en la UMA dan ahora buenos resultados. La reducción de la plaga llega al 80% en las pruebas de laboratorio, un resultado notable en control biológico.

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