La confirmación de Mercado
El ciclista de Armilla muestra sus dotes de escalador único mientras espera la hora de debutar en los puertos del Tour
Viendo venir lo que se avecina, José Miguel Echávarri se bajó el 1 de mayo a Ávila, agarró de un brazo a Juan Miguel Mercado, le presentó a Ángel Arroyo, la eterna referencia de comportamiento personal y deportivo, y le dijo: 'En 1983, y Ángel bien se acuerda porque quedó segundo, hicimos el Tour con Perico Delgado, que tenía 23 años. No está previsto que tú, Juanmi, que cumples 24 años en julio, lo disputes este año, pero eso no quiere decir nada: muchas veces un corredor va por delante de lo programado'. Juan Miguel Mercado, el escalador de Armilla (Granada), la última gran confirmación del ciclismo español, tomó nota.
Mercado, que se reveló ante el gran público el pasado septiembre, cuando ganó en los Lagos de Covadonga, ha pillado a los programadores a contrapié.
Fue a mediados de 1997 cuando Emilio Estévez, descubridor de talentos ciclistas por la zona granadina, le dijo a Echávarri que contratara a Mercado, por entonces un fideo de 18 años. El director del Banesto le dijo que de acuerdo, que se lo llevaba al equipo amateur, pero Estévez insistió, 'no, no, aunque sea tan joven ya tiene que ir al equipo profesional'. Como Echávarri ya tenía el Banesto lleno, se convino en que se hiciera mayor en otro equipo. Así fue como Javier Mínguez presentó a los medios su nuevo equipo, el que durante tres años sería el Seguros Vitalicio. 'Y aquí está', dijo Mínguez, 'Juan Miguel Mercado, que el año próximo será el profesional más joven del ciclismo mundial. Y me han dicho que es un escalador muy bueno'.
En efecto, Mercado fue en 1998, con 19 añitos, el ciclista profesional más joven del mundo, y, en efecto, Mercado, el otro prodigio de Armilla, hijo de albañil, era un escalador muy bueno. Aunque tardaría en demostrarlo. Primero se tuvo que hacer mayor; después, debió acostumbrarse a convivir con las alergias, el problema que reduce todas las primaveras su capacidad respiratoria casi a la nada. Luego acabó en el iBanesto.com. Y desde allí, desde el equipo al que estaba predestinado, empezó a llevar la contraria a la rutina.
El verano pasado, por ejemplo. Después de pasar una mala primavera, enfermo, a principios de agosto estuvo a punto de ganar la durísima y extenuante Vuelta a Portugal, después ganó la Vuelta a Burgos (con triunfo, añadido, en la Laguna de Neila) y, ya en septiembre, se dispuso a debutar en la Vuelta. Como llegaba bastante machacado del duro agosto, en principio se pensó que con que corriera media Vuelta valía. Mercado salió a vaciarse desde el primer día, ganó en Covadonga y su equipo se preparó para verle deshincharse poco a poco. Esperaron sentados y Mercado, el sorprendente, no se deshinchó. Acabó quinto.
La gente de su equipo ya se pensó que le conocían de verdad, pero no. A comienzos de este 2002 les llegó otra gota diferente de lo que es Mercado. Fue en la Setmana Catalana, la primera carrera que disputaba. Llegó la etapa reina, con final en el puerto de Pal, nieve y niebla, uno bajo cero, y la ganó. Lección: Mercado es de la clase de los grandes; como Freire, necesita poca competición, tampoco mucho entrenamiento, para alcanzar un gran punto de forma. Ganó la etapa reina y la general final. Y faltaba la última sorpresa de Mercado.
Unos días antes de la Vuelta a Castilla y León, en unas pruebas de esfuerzo, Mercado estaba que no podía. La alergia le asfixiaba. Su capacidad respiratoria andaba por el 30%. No estaba en condiciones de competir. Pero cambió el tiempo. Llegó la lluvia y el frío del puente de mayo y se exhibió en Angliru. El Pantani español, dice alguno, que se fija en que con 55 kilos es capaz de desarrollar 440 vatios de potencia y de alcanzar 80 miligramos de VO2 max: una enormidad.
Así que no es extraño que los optimistas miren al Tour y sueñen por adelantado con una exhibición del chaval de Armilla. Pero no, dicen los realistas, no está programado. Mercado debe seguir su progresión. Este verano, el Tour de entrada, no; mejor repetir en Portugal y la Vuelta. O así.
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