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Miguel Ríos pide en las fiestas de San Isidro que nadie vote a Álvarez del Manzano

'Por fin me demostráis que no estáis ahí puestos por el Ayuntamiento. Gracias... pero no votéis a este alcalde', espetó Miguel Ríos a las miles de personas que llenaban el viernes por la noche la plaza Mayor y que saludaron con risas y una estruendosa ovación las palabras del cantante, que durante dos horas ofreció un concierto espectacular en el que en varias ocasiones el protagonista arremetió contra el consistorio madrileño, organizador del evento, dentro de las fiestas de San Isidro.

Anunciado el recital a las nueve de la noche del viernes, los primeros acordes no sonaron hasta tres cuartos de hora más tarde. El retraso indignó a parte del público. Por fin, Ríos y su banda iniciaron la actuación con el habitual Bienvenidos. Tras los saludos de rigor, el cantante se acercó a la primera fila y preguntó: 'A ver, señora, ¿qué le pasa?'. Tras escuchar a la espectadora, Ríos se dirigió así al auditorio: 'Me dice una señora que por qué no pido disculpas por el retraso. Pues no lo pienso hacer. Si usted quiere localice al alcalde y pídale que se disculpe él. Yo firmé un contrato con este ayuntamiento -¡en qué momento!- que estipulaba que la actuación comenzaría a las diez de la noche. ¿Por qué? Porque para que se vea este invento que ha costado una pasta y con el que queremos que ustedes alucinen [Ríos se refería a una pantalla donde los artistas participantes en su último disco (Miguel Ríos y las estrellas del rock latino, que a esa misma hora ganaba el Premio de Música al mejor álbum de rock) salen reflejados de manera virtual], necesitamos oscuridad. Y resulta que el concierto es a las nueve. Y hace sol. Así que no lo acepto porque alguien les quiere tomar el pelo porque ustedes no pagan la entrada. Pero sí pagan impuestos'.

Fue aquél el primer momento de tensión en un concierto movido en todos los sentidos. Dos pantallas de vídeo situadas a ambos lados del escenario debían recoger las imágenes del concierto. Pero al lado de las pantallas relucían unas enormes farolas. Ríos pidió que las apagaran hasta en cinco ocasiones, con nulo éxito. '¿Aquí no hay nadie que tenga dos dedos de frente?', preguntó desesperado antes de que un individuo le lanzara una litrona que le pasó por encima.

Las quejas del cantante

El concierto transcurrió entre las quejas del cantante y el apasionamiento de un público entregado. Ríos desgranó la mayoría de sus clásicos, y disfrutó con la presencia virtual de sus compañeros de gira (Sabina, Rosendo, Fher -de Maná-, Aterciopelados y el Tri) que fueron desfilando en forma de holograma. Una gira que le ha llevado por toda España y por México.

Entre guiños al público, varios alegatos contra la violencia y contra el Gobierno español, 'que vende armas a países que matan a palestinos y saharahuis', el cantante, tras ejecutar hasta tres bises, puso fin al concierto no sin antes decir que, dado lo ocurrido, la del viernes iba a ser su 'última actuación en Madrid'.

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