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Crónica:Giro de Italia | CICLISMO
Crónica
Texto informativo con interpretación

Un español de rosa

Juan Carlos Domínguez, que no tenía previsto correr la vuelta italiana, se impone en el prólogo de Groningen

Carlos Arribas

Juan Carlos Domínguez, que no tenía previsto correr el Giro, se convirtió ayer en el primer líder de la carrera italiana al imponerse en el prólogo, disputado sobre 6,5 kilómetros, en la enrevesada trama urbana de Groningen (Holanda). Hacía dos años, desde que José Enrique Gutiérrez fuera sorprendente líder en el Giro 2000, que ningún ciclista español vestía la maglia rosa. Apurando sus últimas energías en la recta final, el ciclista vallisoletano, líder del equipo suizo Phonak, aventajó en un segundo al gran favorito, al belga Rik Verbrugghe, que ya estaba dando una conferencia de prensa convencido de que repetía los hechos de 2001, cuando, empujado por el viento, ganó el prólogo a la velocidad récord de 58,995 kilómetros por hora.

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Pese a que Álvaro Pino, el director del Phonak, no decidió hasta hace 15 días que Domínguez participara en el Giro (debido a la enfermedad del suizo Camenzind), el triunfo del vallisoletano, un consumado especialista en contrarreloj de corto y medio recorrido, fue la victoria de la preparación minuciosa, una victoria científico-matemática, fruto de la planificación de Pino y de las piernas de Domínguez. 'La preparación, en realidad, comenzó hace dos semanas', explica Pino por teléfono. 'Domínguez iba a correr la prueba de Alcobendas y la Vuelta a Asturias, por lo que físicamente estaba a tope, y cuando le dije que iba al Giro lo aceptó sin problemas. El trabajo fue convencerle de que lo iba a hacer muy bien y de que la primera parte del Giro, las 10 primeras etapas, le iban de maravilla. Y cuando se le metió eso bien en la cabeza, pasamos a la siguiente fase. Nada más llegar a Groningen hizo el recorrido del prólogo, muy difícil, muy virado, unas cuantas veces. Y el mismo sábado siguió a nuestro alemán Grabsch, desde el coche, para tomar nota y memorizar todos los trazados. Después salió a competir'.

Cuando Domínguez, de 31 años, se deslizó cuidadosamente por la rampa de salida en busca de su segunda victoria del año (ganó hace dos meses la contrarreloj de la Setmana Catalana), a la caza del triunfo más señalado de su carrera (la 21ª de su palmarés, atestado de triunfos en rondas de cinco días), el ciclista no marchaba solo. Detrás, a pocos metros, sin molestias de motos televisivas (sólo hubo imágenes de Domínguez en la última recta), al volante del coche del equipo, estaba Pino, el director que le llevó en sus inicios en el Kelme y que le fichó con los ojos cerrados el año pasado del iBanesto.com cuando cerró el trato con el Phonak. Y Pino no iba con las manos vacías. En su regazo, un folio atiborrado de notas, de tiempos intermedios, de referencias de otros corredores, minutos, segundos y décimas de otra pareja de ciclistas del equipo, de dos corredores que hicieron la contrarreloj de su vida para marcarle el camino a su líder. Uno fue el gallego Óscar Pereiro, otra apuesta personal de Pino, que durante la primera parte de la contrarreloj marcó el mejor tiempo (8m 27s); el austríaco Mathias Buxhofer le tomó el relevo poco después. Su tiempo (8m 20s) era tan bueno que resistió tranquilamente el paso de todos los favoritos para la general final (Garzelli, 8.31m, Frigo, 8.32m, Rebellin, 8.22m, Casagrande, 8.33m, Pantani, 8.58m). Sólo el belga Verbrugghe, el que arriesgó en todas las curvas, en todos los tramos estrechos a través de parques y puentes sobre canales, curvas de 90 grados, tramos de pavés, todas las trampas del recorrido, rebajó soberanamente su tiempo: 8.13m. El tiempo del ganador, dijeron los especialistas.

Y así lo pensaron también los organizadores y los realizadores de televisión: la maglia rosa con la que Domínguez subió al podio no tenía estampado el anagrama de su equipo, lucía un cuadrado blanco. 'No se lo esperaban', dice Pino. 'Sólo al final, cuando el trazado era ligeramente más recto y le permitió desarrollar toda su potencia empezó a marcar diferencias. Ya se lo dije en la última recta: 'si echas el resto, ganas'.

Juan Carlos Domínguez, en el podio.
Juan Carlos Domínguez, en el podio.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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